Familiares de diecisiete fallecidos el martes en el derrumbe de un puente en Génova (noroeste de Italia) han rechazado participar en el funeral de Estado que el Gobierno ha convocado para mañana por considerarlo una «farsa».
«No queremos una ceremonia farsa», ha escrito en las redes sociales Roberto, el padre de Giovanni Battiloro, uno de los cuatro jóvenes del municipio de Torre del Greco, en Nápoles (sur), que se dirigían en coche hacia Barcelona (España) para pasar unos días de vacaciones.
«Mi hijo no se convertirá en un número en la lista de muertes provocadas por una falta de eficiencia italiana», añadió, al tiempo que pidió justicia.
No ha sido el único, también Nunzia, la madre de Gerardo Esposito, otro de los cuatro amigos napolitanos, ha señalado a los medios que «el Estado ha causado esto» y ha dicho que «la pasarela de políticos ha sido vergonzosa».
El Gobierno italiano ha proclamado para mañana una jornada de luto nacional y Génova acogerá los funerales oficiales en memoria de los 38 muertos en el derrumbe del puente el pasado martes.
La ceremonia se celebrará mañana a las 11.30 horas locales (9.30 GMT) en la Feria de esa ciudad italiana y a ella está previsto que asistan el presidente de la República italiana, Sergio Mattarella, los presidentes de la Cámara de los Diputados, Roberto Fico, y del Senado, Maria Elisabetta Casellati.
También el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, y los vicepresidentes, Luigi Di Maio y Matteo Salvini, entre otros.
El acto se ha convocado en homenaje a los fallecidos, pero estas familias han preferido no participar y enterrarán a sus seres queridos en privado.
Es el caso de los familiares de Alessandro Robotti y su mujer, Giovanna Bottaro, que celebrarán un funeral privado mañana en la parroquia del municipio de Arquata Scrivia (Liguria), informan los medios locales.
El resultado provisional del siniestro es de 38 muertos, al menos tres de ellos niños, y 15 heridos, según cifras de la Delegación del Gobierno en Génova.