El expresidente de Guatemala, Otto Pérez (2012-2015), preso por corrupción, fue ingresado este martes de emergencia al hospital tras sufrir complicaciones cardíacas, informaron fuentes oficiales.
Pérez, un general retirado de 67 años, fue llevado de “emergencia” de una cárcel en una base militar en el norte de Ciudad de Guatemala hacia el hospital Roosevelt, en el oeste capitalino, dijo a periodistas Rudy Esquivel, vocero del estatal Sistema Penitenciario.
“Se recomendó el traslado (de Pérez) por emergencia” tras ser evaluado en el penal, señaló Esquivel.
Marco Barrientos, director del centro hospitalario público, indicó que el exgobernante ingresó por un padecimiento cardíaco tras sufrir el golpe de un balón en el pecho mientras practicaba deporte en prisión pero que su condición es “estable”.
Explicó que el golpe provocó que un cardiodesfibrilador implantado para regular el corazón emitiera cuatro descargas y se corría el riesgo de que el instrumento perdiera potencia aumentando las posibilidades de que Pérez sufriera un paro cardíaco.
El expresidente posteriormente fue trasladado al hospital del ejército y su retorno a la cárcel dependerá de la evolución médica.
En marzo pasado, Pérez declaró al término de una audiencia judicial que temía sufrir una muerte súbita en prisión debido a que padece una fibrilación ventricular maligna que controla con el cardiodesfibrilador.
“Esa fibrilación ventricular maligna lo que hace es que lo mata, eso es lo que produce la muerte súbita”, declaró el exgobernante en esa ocasión, al explicar que si el “aparato” no actúa de forma eficaz, se tiene hasta 10 minutos para ser llevado a un especialista.
El expresidente derechista se encuentra en prisión preventiva desde septiembre de 2015, después de haber renunciado a la presidencia acechado por acusaciones de liderar una red que orquestó un fraude multimillonario en las aduanas.
Pérez, quien llegó al poder con la promesa de “mano dura” contra el crimen, está a la espera de que un juez inicie un juicio en el que también está acusada Roxana Baldetti, quien fuera su vicepresidenta.
Ambos acumulan otros procesos por corrupción, como la entrega de un contrato portuario mediante sobornos y el blanqueo de fondos de campaña.
DC / AFP