Los menores integrantes del equipo de fútbol que fueron rescatados de una cueva inundada en el norte de Tailandia, estuvieron nueve días en un monasterio en señal de agradecimiento y para recuperarse espiritualmente.
Once de los doce jóvenes que quedaron atrapados en una cueva junto a su entrenador, un hecho que captó la atención internacional, regresaron a sus casas después de pasar unos nueve días en un monasterio budista, en donde rindieron homenaje al buzo voluntario, retirado de la armada tailandesa que falleció durante el rescate.
Los jóvenes, también durante su permanencia en el monasterio, fueron instruidos en el budismo y de esta forma fueron ordenados como novicios de dicha religión. Solo Adul Sam-on, fue el único de los rescatados que no asistió al retiro espiritual, dado que es cristiano, razón por la que tampoco fue ordenado como novicio.
La ceremonia tuvo lugar en el templo de Wat Phra That Doi Wao, en donde los niños usaron túnicas de color naranja y raparon sus cabezas, una acción que para la sociedad tailandesa significa una de las formas de demostrar agradecimiento.
Para la tradición cultural de Tailandia, un país asiático de mayoría budista, la entrada en un monasterio supone un acto de gratitud. De acuerdo con la tradición, sólo los hombres adultos pueden ordenarse monjes, mientras que los jóvenes pueden servir durante un tiempo como novicios.
Posterior a la ceremonia y junto a su entrenador de 25 años de edad, realizaron un último rezo delante de la cueva en la que pasaron más de dos semanas atrapados antes de ser rescatados en un operativo que tuvo en vilo a la comunidad internacional y que muchos consideraban imposible.
Los jóvenes y su entrenador ingresaron en una cueva para resguardarse se la lluvia el pasado 23 de junio, donde fueron sorprendidos por una repentina inundación que los dejó atrapados a unos cuatro kilómetros de la entrada de la cueva.
DC / AFP con Reuters