Con ocasión, a este hecho no sabemos si las medidas económicas adoptadas por el régimen, se refieren o a una devaluación de nuestro signo monetario o a una revalorización de la misma. Por un lado, se le restan cinco ceros a nuestro signo monetario en el mercado interno, (destruyendo nuestros ahorros como a lo que queda del sector productivo en el País) y a la vez, se estima un dólar al cambio, en sesenta bolívares soberanos (es decir a seis millones de bolívares) antes de las medidas. O es que se pretende constituir al País, en un paraíso fiscal.
Construir una reputación es una misión de años, que requiere de acciones coherentes para lograrla. En el contexto político en Venezuela, no es del todo favorable. Nuestra clase política, enfrenta una atmósfera impregnada de comentarios venenosos, porque en su quehacer a lo largo de todo este tiempo, sus acciones equivocadas, han generado una imagen que no contribuye a crear una identidad nacional. Y todo ello porque ven al Estado como si fuese un trofeo, un botín que da la oportunidad al enriquecimiento ilícito y a la acumulación de riquezas. De ahí, es que ciertos segmentos oscuros de la sociedad acostumbrados al chantaje político y a negocios bajo la mesa, aprovechan dicha debilidad, para mantener una intencionada estrategia de descrédito con un doble propósito, disuadir a los partidos y a la sociedad a seguir una ruta corruptiva para controlar posiciones políticas claves para realizar negocios turbios. Esa doble expectativa de “los corruptos en la sombra” dificulta el proceso de formación de una identidad nacional sustentada en una reputación política, que de manera inevitable, tiene efectos positivos o negativos sobre el despliegue social, económico con evidente connotación pública.
Se constata que la reputación, es cada vez menos cuidada en los sectores políticos en Venezuela. Lo cual, es un patrón de comportamiento que tiene sus efectos en la sociedad y en los ciudadanos, que ahora han cobrado una mayor influencia y relevancia en Venezuela, que van perdiendo la confianza de los ciudadanos. La ciudadanía percibe, que muchos de sus dirigentes, la reputación que les precede, o que les caracteriza en el presente no es objetivamente buena ni sana. La reputación política, se ha convertido en un factor negativo que repercute fuertemente en los ciudadanos y que los políticos deben anticipar contribuyendo a mejorarla en una dirección correcta. Hay que escuchar lo que piensan los ciudadanos al respecto, participar con ellos en debates, no solo dando un punto de vista, sino acelerar los mecanismos de participación ciudadana en la toma de decisiones, que contribuyan a generar reputación política efectiva. Hay que crear una atmósfera apropiada para que la reputación política actual cambie y la ciudadanía les favorezca con grados mayores de confianza.
Pues, en la actual coyuntura política, se está observando una línea de acción promovida por el Régimen en descalificar a sus adversarios, conjuntamente con acciones represivas.
DC / Dr. Johnny Galue / Abogado, Político / @COOTUR