Hace ya bastante, un profesor de Física nos dirigía en una clase de laboratorio en la que determinaríamos la densidad de materiales.
La clase, bien estructurada, tenía una guía escrita. Colocados los estudiantes, ya cada uno al frente de su balanza, el profesor, famoso por sus malas pulgas, empezó a preguntar a cada estudiante lo que iba a hacer.
El primero contestó que se trataba de determinar la densidad de la sustancia mediante…… Marche al pizarrón, interrumpió el profesor con brusquedad y sin detenerse le preguntó al siguiente de la fila, ¿y que va a hacer usted? Pueees, voy a determinar con ayuda de esta balanza……Marche también al pizarrón, bachiller y así fuimos pasando uno a uno al lado del pizarrón, a modo de castigo, por no contestar correctamente, hasta que uno de los estudiantes acertó y dio con la respuesta que esperaba el ogro. “Voy a lavar este tubo de ensayo”, que era lo que tenía escrito la guía como el primer paso a realizar.
La lección fue buena pues mostraba nuestra tendencia de hablar sobre lo complicado mientras nos aguardan las cosas sencillas y que son la esencia de la real acción.
Vino esto a recuerdo durante una conferencia a la que tuvimos el placer de asistir sobre la recuperación de la industria petrolera venezolana. Todas las exposiciones fueron excelentes, con gráficos, tablas y cifras actualizadas, razonamientos impecables, análisis de entornos, las fortalezas del país en reservas y muchas otras cosas.
Como exgerente de la PDVSA azul e interesado en el tema, he podido participar en diversos foros petroleros y he tenido el privilegio de poder leer la mayoría de los escritos recientes que se han preparado sobre la recuperación.
Hay coincidencias sobre el inmenso potencial remanente en reservas, por ejemplo, solo el Zulia tiene más reservas de petróleo que el inmenso Brasil. Se coincide en la necesidad de utilizar empresas privadas con músculo financiero y experiencia para ayudar a la recuperación y se coincide en crear una institución que administre y otorgue nuevos campos. También se menciona la influencia que sobre la matriz energética mundial tendrán las nuevas fuentes como la solar.
Recuperar PDVSA es una labor gerencial descomunal pues el deterioro en campos de pozos de petróleo y gas es inmenso, el parque refinador funciona a baja capacidad y a cortos vuelos, igual que la petroquímica. PDVSA esta llena de deudas, malos convenios y el populismo del régimen la llevó a absorber funciones impensables como sembrar yuca y fabricar viviendas.
Pero la inmensa complejidad de su recuperación también comienza con sencillos pasos como en aquella práctica de Física. Habrá que tomar la empresa “como esté”. Habrá que nombrar una nueva Junta Directiva de postín y habrá que nombrar buenos gerentes y directores en todas las posiciones claves.
Y así comenzará la recuperación, con poco ruido y mucha intensidad, como se hacen las cosas de amor. Y comenzará con el primer grupo que ajustará el taladro en una mañana fresca, y comenzará con la evaluación del horno roto de la destiladora, y comenzará con el madrugonazo y el regreso de aquel despedido de 2003 que vuelve a la planta de donde nunca debió salir.
Comenzará en un sencillo día. En un buen día para todos.
DC / Eugenio Montoro / montoroe@yahoo.es