Uribe fue un Presidente distinto. El seguía lo que pensaba. Siendo Presidente no se le ocurrió nada que no estuviera cerca de su verdad, y su verdad, o la historia de su vida, sus padres y el país, el las conocía bien. En la negociación política con las farc, le tocó estar en contraposición con el Presidente Santos. No había otro espacio. Empero, le fue fácil no acordar con la farc y eso lo hizo triunfar. En ese sentido, algo había que decidir sobre este problema de medio siglo y lo que se hiciera era bueno, y, por chiquito que fuera, aceptable. A Uribe dejó pasar la pelota y después tener la ocasión de tomar co-decisiones gubernamentales que ayuden al país pues el fin feliz del todo es lo más esperado y perseguido por todos. Entonces lo suficiente vale aunque no cure.
Uribe sabía que tenía un excelente “gallo” para la pelea que se avecinaba y esa paciencia y fina esencia, agregada a su innegable preparación académica y espiritual, le dio la Presidencia a su pupilo. Sin injerencias groseras, los dos unidos conocen bien a Colombia y su historia. El Dr. Iván Duque, antes de ser Presidente, después de ser elegido y actualmente como primer Magistrado del Poder Ejecutivo de Colombia, a sus 42 años, ha dado muestras de sensatez, de fríos y pensados anuncios, de firmeza en las expresiones y seguridad de lo que debe hacer en sus primeros 100 días. En efecto, creemos que Colombia se recuperará de sus 60 años transicionales (1960-2018) hacia la reconquista del juicio patriótico, de la razón cívica y del éxito de su dirigencia. Duque está dando testimonio de ser equilibrado pensador, sensato actuando y honesto organizando. Esto da confianza en el futuro y agrega valor a las obligantes decisiones que vendrán. En los campos generales y en la vida de la República, es de esperar que el joven Presidente tenga la suerte echada y el prestigio útil y necesario para lograr sus objetivos.
Una agenda de voluntad plena y un compromiso de lealtades engendran esperar, con trabajo y vehemencia profunda, para ejercer con humildad y fortaleza su Presidencia y hacer felices a sus parroquianos. Se desprende de esta preparación, el ejercicio para un programa que oímos como enfoque político del Dr. Duque quien ha sido formado y egresado de las Universidades Georgetown, Sergio Arboleda, American University y Harvard. El prometió: -alejar a la iniquidad y los perfumes ideológicos que caen bien al rostro pero insultan la inteligencia. -No provocar los delitos políticos que tanto daño han hecho a la Republica. -Trabajar con constancia la Paz y, sobre todo, excluir las armas y nuevas víctimas). –Sembrar las buenas hierbas y abandonar las malas. -Cuidar todo el territorio nacional desde Bogotá hasta Darién, desde Medellín hasta Ecuador, desde Santa Marta al Brasil, desde Cúcuta hasta Caracas. -Exterminar, al costo que sea, el crimen internacional alimentado por las fronteras aromáticas. -En 30 días se deben evaluar, con la ONU y la Iglesia colombiana, los compromisos políticos del gobierno con nobleza y mucha piedad. -Hay que elevar lo necesario en la moral judicial y la moral pública. Agrega Duque, -tenemos que fomentar la cultura, el emprendimiento y la honestidad. -Existe el derecho de anhelar el manejo de las mejores tesis educativas. -Deseamos una Colombia llena de equidad en donde el adulto mayor tenga la mejor atención y cuidado. -Queremos también una Colombia sembrada de acueductos y alcantarillados; además, estamos pensando en un magisterio para el deporte, la siembra forestal y la riqueza marina. -Aplicaremos la nueva filosofía “de conservar produciendo y producir conservando”.
Esta agenda y el compromiso de un Presidente novel lleno de esperanzas y de estudios aplicables al mando y la disciplina, debe garantizar para Colombia y sus vecinos, más amigos y cercanos, nuevos derroteros y mejores caminos que tienen la función de unir las realidades.
DC / Luis Acosta