Las naciones del Caribe, con Dominica a la cabeza, son las mejores en lo que se refiere a obtención de ciudadanía a cambio de inversión en la economía local, según se desprende del nuevo Índice CBI 2018 (Citizenship by Investment, o Ciudadanía por Inversión).
Este informe, elaborado por la Professional Wealth Management (PWM) —revista del grupo Financial Times —evalúa los programas de ciudadanía a cambio de inversión que ofrecen Antigua y Barbuda, Austria, Bulgaria, Camboya, Chipre, Dominica, Granada, Jordania, Malta, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, Turquía y Vanuatu. En el análisis, se han tenido en cuenta siete ‘pilares’ básicos:
Dominica encabeza la lista por segundo año consecutivo, tras obtener la mejor puntuación en cinco de las siete categorías analizadas. En particular, este país destaca por la rapidez y simplicidad del proceso, un sólido marco de diligencias debidas y un umbral de inversión asequible.
La nación caribeña está seguida por otras de la misma región: San Cristóbal y Nieves, Granada, Antigua y Barbuda y Santa Lucía, mientras que Chipre, en el séptimo lugar, vuelve a situarse como la nación más exitosa de Europa.
Para solicitar la ciudadanía en Dominica y Santa Lucía, basta con realizar una inversión de 100.000 dólares, mientras que Antigua y Barbuda requiere la misma contribución, pero además una tarifa gubernamental de 25.000 dólares. Fuera del Caribe, Vanuatu y Camboya destacan por unos requisitos de inversión asequibles: 200.000 dólares en el primer caso y 300.000 en el segundo.
En el otro extremo figuran los países europeos, Bulgaria, Chipre y Malta, que ofrecen la ciudadanía por 590.000; 2,32 millones y un millón de dólares, respectivamente.
Del mismo modo, Turquía requiere una inversión inmobiliaria mínima de un millón de dólares, mientras que, para convertirse en ciudadano de Jordania, habrá que invertir la misma suma en pequeñas y medianas empresas. Austria, cuyos requisitos de ciudadanía se estiman en varios millones de euros, ha obtenido la clasificación más baja en esta categoría.
Los autores del informe explican que los programas de la CBI «ofrecen a los individuos adinerados libertad de movimiento» a la vez que «proporcionan fondos vitales» a países que a menudo tienen problemas de liquidez tras haber sufrido desastres naturales —como muchas de las naciones del Caribe— o crisis financieras, como algunas naciones insulares europeas.
Según los expertos consultados en el documento, la libertad de movimiento dentro de la UE, especialmente en el contexto del Brexit, es ahora un factor fundamental que impulsa este tipo de iniciativas.
«La libertad de movimiento se está convirtiendo en un factor clave en un momento en que las políticas de inmigración son más restrictivas en todo el mundo», explicó Shelbydu Pasquier, de la compañía suiza Lenz & Staehelin, añadiendo que los programas de la CBI también ofrecen un plan de respaldo «alternativo» para ciudadanos de países amenazados por la inestabilidad política.
DC / RT