En el foro 2 de Televisa San Ángel todos los reflectores apuntan hacia ella. Es el alma del estudio y los técnicos no se cansan de admirarla. Chiquinquirá Delgado es la reina y los mexicanos la aman. Son las 4:00 de la tarde y los 14 grados de temperatura que hacen en el DF no pueden con el calor del trópico que lleva esta venezolana en la sangre.
Chiquinquirá Delgado es la nueva estrella de Televisa y desde México brilla como la animadora del reality show ¡Mira Quién Baila! En los estudios del canal recibió a PANORAMA para conversar de esta nueva etapa.
“¿Son ustedes? ¡No lo puedo creer!”, dice Chiqui al ver al equipo de PANORAMA en el inmenso escenario de Mira Quién Baila, reality show que anima por primera vez en el canal líder de Latinoamérica y que hoy llega a su gran final. La producción advierte que debemos desalojar el espacio en cuestión de segundos, pero la artista de los hipnotizantes ojos verdes nos toma de las manos y les deja claro: “Ellos se quedan conmigo, son mis invitados”.
Intercambia unas palabras con Dayanara Torres y Joaquín Cortés para pasar después a su camerino, donde su equipo de trabajo la espera para retocarla. En un mesón tiene Coca Cola Light, frutas y agua. La zuliana toma su celular y se sienta su sillón morado mientras recoge la cola del vestido dorado que arrastra como diva. Bromea con términos maracuchos y empieza una conversación en la que no queda duda de que Chiqui es Chiqui así trabaje en la China y así pasen todos los años del mundo.
-¿Cómo describe esta nueva aventura en México?
-A mí siempre me gusta probar cosas nuevas y el hecho de empezar en una empresa nueva como Televisa, y tener la experiencia y oportunidad de estar aquí, vivir todo esto de primera mano, me encanta, pero sí tengo que confesar que sí me cansa el tema de los viajes semanales a Miami. Para mí era mucho más fácil cuando se hacía en Estados Unidos porque agarraba mi carro, llegaba al estudio y no me tenía que separar de mi hija chiquita porque la grande ya vive en Los Ángeles. Separarme de Carlota aunque sea por dos o tres días siempre me cuesta. Ella está en la escuela y tengo que crear una logística para que la lleven a sus clases, que la busquen y orienten en sus tareas porque realmente está pequeña.
-¿Cuáles diferencias encuentra entre Univisión y Televisa?
-Es el mismo formato y se parece mucho. Tengo que decir que la calidad de la gente, en general, no solamente aquí en los estudios, es algo que me ha impresionado mucho. Los mexicanos son personas muy nobles; reciben al extranjero de una manera increíble, y me han hecho sentir como en casa. Eso se tiene que agradecer.
-¿Qué tal le va con los tacos?
-Tú sabes que yo no como carne, entonces lo máximo a lo que llego son las quesadillas (risas). Pero bueno, vivo con un mexicano (el periodista Jorge Ramos) y los tacos se comen en casa todos los días, eso sí, mezclados con arepas, yo digo que nuestras comidas son tacorepas.
-Usted se ponía en aprietos cuando le tocaba bailar en Portada’s. ¿No le parece irónico que ahora esté animando precisamente un show de baile?
-Te confieso que no pensé estar en una competencia de este tipo. La verdad es que yo veía siempre este show que es muy conocido en España y me encantaba el formato porque es alegre, tiene mucha energía, y uno ve a sus artistas favoritos en una faceta distinta. Nunca me imaginé que la vida tendría tanto sentido del humor y me pondría en este lugar.
-¿Y ha aprendido a bailar algo?
-Sí, le digo a Joaquín Cortés que me enseñe algo. ¡No mentira! La verdad es que uno tiene que conocer sus límites y el baile no es lo mío. Me encanta, me gusta bailar en las bodas, en las fiestas, me gusta tomar clases de baile, pero no. Así como hacerlo a nivel profesional, no.
-Ahora que está en Televisa, ¿no le han puesto el ojo para sus telenovelas?
-Ya hemos tenido unos acercamientos. No son nuevos, precisamente. Así que ahora que estoy acá todo puede ocurrir. Pero creo que me iría más hacia las series. Siento que está cambiando todo ese formato de la novela tradicional; ha evolucionado y ya no es tan rosa como antes. Me llama la atención esas historias cortas, en capítulos que son seriados y que no son ocho meses.
-Si voltea al pasado y observa a la miss Zulia de 1990, ¿qué ve?
-Veo a una niña cargada de sueños y de mil metas por cumplir. Para mí la palabra Venezuela en este momento está directamente relacionada con la palabra nostalgia en muchos sentidos porque veo en lo que se ha convertido el país, por la distancia con mis seres queridos. Porque a veces quiero ir y me cuesta regresar por múltiples razones, por tiempo, por trabajo, por miedo. Porque la verdad da terror ir a Venezuela en este momento. El tema de la inseguridad es alarmante. Yo me he pronunciado abiertamente al gobierno y siempre pienso que algo puede pasar si llego entrar al país. Por eso Venezuela es pura nostalgia. No voy desde hace como cuatro años.
-¿Aún tiene latente la imagen de Caracas, del Ávila?
-¡Totalmente! Ese olor, ese despertar y ese amanecer. Subir El Ávila, porque era mi forma favorita de ejercitarme. Tomarme mis juguitos que solo venden allá. Encontrarme con mis amigos, los domingos en familia. Eso en el exterior no existe, pues todo el mundo tiene una cultura diferente y viven para trabajar todo el tiempo. A mí me hace falta mi comida, mi música, mis diciembres, mi Feria de la Chinita, pero bueno, te llenas de otras cosas y aprendes a adaptarte.
-¿Es esto lo que siempre soñó?
-Uno nunca puede sentir que ya lo logró todo. Son como pasitos que vas dando, pero ahorita tengo planes con mi hija de hacer quizás proyectos en inglés, y el mercado americano es algo que siempre me ha llamado la atención. Ella está ahorita viviendo en Los Ángeles, enfocada en ese mercado. Yo creo que vamos juntas por ese sueño.
-Ahora que su hija se desenvuelve también en los medios, ¿cómo la aconseja?
-Ella es una rebelde (risas). No me hace caso, hace lo que se le antoja. Yo la guío, pero al final le digo: ¿Para qué me preguntas si al final vas a hacer lo que tú quieres?
DC / Panorama