El líder norcoreano Kim Jong Un afirmó este miércoles que podría viajar a Seúl “en un futuro próximo”, la que sería la primera visita de un dirigente norcoreano a la capital surcoreana desde la partición de la península, y acordó cerrar una zona de ensayos de misiles.
“Le prometí al presidente [surcoreano] Moon Jae-in que visitaré Seúl en un futuro próximo”, dijo Kim durante una rueda de prensa conjunta, tras una cumbre de los dos dirigentes en Pyongyang.
Por su parte, Moon Jae-in, de visita en la capital norcoreana con el objetivo de reactivar las negociaciones sobre la desnuclearización de Corea del Norte, indicó que la visita de Kim podría producirse este año, siempre y cuando no lo impidan “circunstancias particulares”.
El presidente surcoreano añadió que Corea del Norte aceptó “cerrar de forma permanente” su zona de pruebas de misiles en Tongchang-ri, también conocida como Sohae, “en presencia de expertos de los países afectados”.
Corea del Norte es objeto de múltiples sanciones por pare del Consejo de Seguridad de la ONU a causa de sus programas nucleares y balísticos, prohibidos, y ha efectuado numerosos lanzamientos desde esas instalaciones.
Pero también efectuó disparos desde otros lugares, como el aeropuerto internacional de Pyongyang, lo que relativiza el alcance de los compromisos de Kim.
Además, Moon también afirmó que Corea del Norte podría cerrar su complejo nuclear de Yongbyon, si Washington adoptase las “medidas correspondientes”, una condición también expresada de forma muy vaga.
Deshielo y diplomacia
Moon y Kim mantuvieron en abril una primera reunión muy simbólica en la zona desmilitarizada (DMZ) que divide la península.
Luego se produjo un histórico encuentro entre el líder norcoreano y el presidente estadounidense Donald Trump, en junio en Singapur.
En Singapur, Kim reiteró el compromiso norcoreano en favor de la desnuclearización de la península, pero sin mayores detalles. Washington y Pyongyang divergen sobre el sentido de semejante compromiso.
Washington exige “una desnuclearización definitiva y completamente verificada” mientras que Pyongyang quiere una declaración oficial de Estados Unidos poniendo fin a la guerra de Corea, que terminó en 1953 con un simple armisticio
En este contexto, una visita de Kim a Seúl —inédita desde el fin de aquella guerra— permitiría al Norte y al Sur reactivar proyectos de cooperación conjuntos.
El líder norcoreano quiere que su país se beneficie de la potencia económica del Sur, mientras que Moon desea alejar de la península el espectro de un devastador conflicto intercoreano.
Modernidad
El periódico Rodong Sinmun, el órgano del partido comunista en el poder en Pyongyang, cubrió extensamente la cumbre, con el menos 35 fotos este miércoles en cuatro de sus seis páginas.
En primera página, aparece la imagen del saludo entre los dos líderes en el aeropuerto de Pyongyang, y de la impresionante ovación, cuidadosamente coreografiada, del paso de los dos hombres por las calles de la capital.
Pyongyang quiere ofrecer con motivo de esta visita una imagen de modernidad, lo que se refleja en varios de los acontecimientos previstos en el programa oficial.
El miércoles por la noche, Moon y su delegación cenan en un restaurante de pescado recientemente abierto junto al Taedonggang, el río que atraviesa la capital.
El lugar se halla frente a la colina Mansu, donde las estatuas gigantes del padre fundador de Corea del Norte, Kim Il Sung y de su hijo y sucesor, Kim Jong Il, dominan Pyongyang.
Más tarde Moon asistirá a un “espectáculo de masas”, con miles de figurantes en las tribunas del Estadio del Primero de Mayo.
DC – AFP