«No escribas nunca, Nicolás. Un político no debe dejar huella de sus indiscreciones, que eliminan la confianza, ni de su talento, que alimenta la envidia». «Te lo digo a boca de jarro: todo político tiene que ser hipócrita. Para ascender todo se vale. Pero hay que ser no solo falso, sino astuto». “El gran político es el que llega alto despojándose de amarguras, rencores y malos ratos. El puritano es el político más peligroso para los demás y para sí mismo. Cree que todo el mundo tiene que soportarlo porque él viene de muy abajo. Su humildad alimenta su insolente soberbia”. Estas frases sobre el poder político aparecen en la novela La Silla del Águila, una sátira del escritor mexicano, fallecido, Carlos Fuentes, publicada en el 2003 pero ambientada en el 2020.
La Silla del Águila la quieren ocupar todos, pero se paga un alto precio por ello. Un juego de máscaras en el cual todos pueden fingir ser aliados para al final mostrar su colmillo y desconocer hasta a su propia familia. Es un libro apasionante que deja un sabor amargo por lo que es capaz de hacer una persona para alcanzar el poder, pero muy humano y con semillas de esperanza para quienes cuestionan los sistemas actuales. Es una obra circunscrita a la realidad mexicana pero que en la práctica podría ser el espejo de cualquier país latinoamericano donde la realidad política ha evolucionado muy poco: las intrigas, las zancadillas y la corrupción siguen siendo el plato fuerte. Este texto nos obliga a reflexionar sobre la actual dirigencia de los países, especialmente en momentos en que la actividad política aparece desprestigiada y peligrosamente entregada al mejor postor.
Sobre el título de la obra, el sillón presidencial que identifica la ficción, símbolo y metáfora del poder, se refiere uno de los personajes en estos términos: «es nada más y nada menos que la montaña rusa que llamamos la República mexicana». Alguien parece haber metido una silla así en el despacho Oval, cuya alfombra tiene, precisamente, un águila. En su sátira, el escritor mexicano presenta varios personajes entre ellos al presidente Lorenzo Terán. Todos se mueven alrededor de él, que en teoría debería ser el protagonista. Pero no lo es.
El protagonista de la obra es México, la democracia, el sistema, la corrupción, el poder. Los personajes de este futuro son una recreación del pasado. La fórmula que el autor utilizó a través de su sátira expresada desde cartas crea un escalofriante mundo sobre la política del país azteca. En esa realidad aparecen personajes apoderados y enfermos de poder como Tácito de la Canal, Bernal Herrera, Nicolás Valdivia y su amante, la operadora política, María del Rosario Galván.
En un pasaje de la obra, Galván le confiesa a su amante “debes saber cuanto antes, Nicolás, que para mí todo es política, incluso el sexo. Puede chocarte esta voracidad profesional pero he organizado mi vida con un solo propósito: ser política, hacer política, comer política, soñar política, gozar y sufrir política. Es mi naturaleza. Es mi vocación. No creas que por eso dejo de lado mi gusto femenino, mi placer sexual, mi deseo de acostarme con un hombre joven y bello. Simplemente, considero que la política es la actuación pública de pasiones privadas. Incluyendo, sobre todo, acaso, la pasión amorosa. Pero las pasiones son formas arbitrarias de la conducta y la política es una disciplina.
La novela muestra una serie de personajes que están empeñados en escalar políticamente sobre la base de asesinatos, traiciones, pasiones prohibidas ya se trate de relaciones extramaritales o incluso homosexuales. Mas que una novela, este es un ejercicio de reflexión sobre muchos aspectos de la política con frases que destaca el escritor como esta: «Descubrí que el arte de la política es la forma más baja de todas las artes». Este enunciado engloba por completo el fondo de esta sátira política. Necesario es leerla para comprender que muy pocos políticos tienen limpio su historial, tarde o temprano saltan sus trapitos, ya sea a través de asesinatos, persecuciones, grabaciones, fotografías o expedientes cargados de intrigas, conspiraciones y mares de corrupción.
DC / Noel Álvarez / Coordinador Nacional IPP-GENTE / noelalvarez10@gmail.com / @alvareznv