La misión del Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU abandonó este sábado Nicaragua por orden del gobierno, lo que deja al país en la mira de la comunidad internacional, tras cuatro meses de crisis política desatada por protestas con un saldo de más de 320 muertos.
La misión de la Oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos de Naciones Unidas (OACNUDH), de cuatro miembros, encabezada por Guillermo Fernández, viajó rumbo a Panamá luego que Managua ordenó su salida alegando que “han cesado las razones, causas y condiciones” por las que fue invitada.
“La @OACNUDH agradece las muestras de apoyo recibidas en relación al trabajo desarrollado en Nicaragua”, escribió la misión en Twitter.
El mensaje reiteró que “continuaremos monitoreando la situación y acompañando a las víctimas en su búsqueda de justicia y verdad desde la Oficina Regional en Panamá”.
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas analizará el miércoles la situación de crisis en Nicaragua, según anunció Fernández en Managua.
“Hay pendientes reuniones importantes de Naciones Unidas. Esto mantiene por supuesto la vista internacional (en) la situación de Nicaragua”, comentó el funcionario.
El Grupo de Trabajo de la OEA, presidido por Canadá e integrado por 12 países, y la Unión Europea denunciaron el sábado la decisión del gobierno de Daniel Ortega de expulsar a los delegados de la ONU e hicieron llamados a volver al diálogo para superar la crisis.
“Instamos al gobierno de Nicaragua a que aproveche los buenos oficios disponibles y busque un resultado positivo y constructivo en esta coyuntura crítica”, indicó el Grupo de Trabajo para Nicaragua en un comunicado conjunto con el secretario general de la OEA, Luis Almagro.
El diálogo en Nicaragua, que inició el 16 de mayo con la mediación de la Iglesia católica, esta paralizado desde junio debido a la violenta represión a los manifestantes y a la negativa del gobierno a abordar la democratización del país, que incluye una propuesta para realizar elecciones anticipadas que Ortega ha rechazado.
Protestan a favor de Ortega
“La decisión del gobierno de Nicaragua […] va en contra de la aspiración de una rendición completa de cuentas por las violaciones de derechos humanos y de buscar justicia para las víctimas de la violencia”, dijo en un comunicado la vocera de la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini.
“Esperamos que las autoridades tengan muy en cuenta las conclusiones del informe publicado por el OHCHR y tomen medidas urgentes para implementar las recomendaciones del reporte”, señaló la representante europea, usando las siglas en inglés del ente de la ONU.
Cientos de seguidores del gobierno marcharon la tarde del sábado en Managua para apoyar la medida del presidente. Bajo el lema de “derechos humanos para todos” defendieron la posición oficial, al considerar que los organismos de derechos humanos tienen una visión parcializada sobre la violencia en Nicaragua.
“Son 198 (los muertos en las protestas) ellos los mataron que paguen por sus crímenes”, se leía en las pancartas que llevaban los simpatizantes y que aludían a la cifra de fallecidos en las protestas que maneja el gobierno.
Según organismos de derechos humanos, desde el inicio de las protestas en abril, la violencia deja más de 320 muertos, 2.000 heridos, una cantidad no precisa de detenidos y desaparecidos, así como miles de desplazados a Costa Rica.
La decisión de sacar del país a la delegación de la ONU se produjo dos días después de que el organismo emitiera un duro informe sobre abusos contra manifestantes antigubernamentales, lo que el gobierno de Ortega consideró una “extralimitación” de las facultades de la entidad.
En una misiva divulgada el viernes, la cancillería dio “por concluida la invitación (a la misión de la ONU) y finalizada la visita a partir de hoy 30 de agosto de 2018”.
CIDH lamenta salida-
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) lamentó igualmente la salida de la misión de la ONU y se comprometió a “cooperar entre sí, cada uno dentro de sus respectivas competencias”para lograr un diálogo inclusivo y útil en Nicaragua “lo más pronto posible”.
Las autoridades sostienen que la invitación a la misión de la ONU tenía como objetivo acompañar el desmantelamiento de los bloqueos de carretera que mantuvieron los manifestantes antigubernamentales hasta julio, y que fueron eliminados en una violenta campaña denominada “operación limpieza”.
Pero Fernández discrepó con la interpretación del Ejecutivo, señalando que la invitación a los representantes de la ONU era para “contribuir a la paz y seguridad del país”.
– Denuncia contundente
El informe de la ONU, divulgado el miércoles en Ginebra, destacó el “clima de miedo” en Nicaragua tras la violenta reacción a las protestas antigubernamentales.
“La represión contra los manifestantes prosiguen en Nicaragua, mientras el mundo aparta la vista”, señaló el Alto Comisionado Zeid Ra’ad Al Hussein.
Entre las violaciones documentadas en el informe figuran “el uso desproporcionado de la fuerza por parte de la policía, que a veces se tradujo en ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas, detenciones arbitrarias y generalizadas, torturas y malos tratos”.
Ortega, de 72 años y con 11 consecutivos en el poder, refutó el miércoles duramente el informe, y acusó al organismo de la ONU de ser “un instrumento de políticas de terror, mentira e infamia”.
Las protestas iniciaron el 18 de abril contra una reforma al sistema de pensiones, que se volvió una demanda para la salida de Ortega y Murillo, señalados de instaurar una dictadura.
DC / AFP