La aviación rusa bombardeó el martes varias zonas de la provincia de Idlib, último bastión rebelde del noroeste de Siria, y causó la muerte de al menos nueve civiles, entre ellos cinco niños, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
“Los aviones rusos bombardearon nuevamente la provincia de Idlib luego de una pausa de 22 días”, indicó a AFP el director del OSDH, Rami Abdel Rahman.
Estos bombardeos “intervienen al día siguiente de ataques rebeldes contra posiciones de las fuerzas del régimen en la provincia vecina de Latakia que dejaron tres muertos”, según Rahman.
La provincia litoral de Latakia es uno de los principales bastiones del régimen sirio y región de origen de la familia del presidente Bashar al Asad.
En total, 24 regiones de Idlib se vieron afectadas por los ataques. Los cinco menores que fallecieron pertenecían a una misma familia, y también se contabilizaron diez heridos.
En la ciudad de Mhambal, en el suroeste de la provincia de Idlib, se declaró un gran incendio en una gasolinera bombardeada, constató un corresponsal de la AFP.
Según el OSDH, uno de los sectores atacados es Jisr al Shughur, controlado por los yihadistas de Hayat Tahrir al Sham (ex milicianos de Al Qaida) y Ariha, controlado por los rebeldes.
El régimen de Bashar al Asad concentra tropas desde hace más de un mes en los límites de Idlib de cara a una importante ofensiva.
Los bombardeos en esa región habían comenzado esporádicamente el 10 de agosto y fueron disminuyendo.
Moscú acusa a los rebeldes de pilotear drones dirigidos hacia la base militar rusa de Hmeimim, en Latakia, que las fuerzas rusas derriban.
Según los expertos una eventual ofensiva contra Idlib sería limitada y sólo en sectores periféricos, cerca de las zonas controladas por el régimen sirio.
Idlib es la última región siria que Damasco no controla. Un 60% de la provincia está dominada por Hayat Tahrir al Sham (HTS, formado por exmiembros de Al Qaida), y hay también múltiples milicias rebeldes.
Según la ONU, una ofensiva en Idlib podría hacer que 800.000 personas abandonen sus hogares y provocar “una catástrofe humanitaria”. El conflicto en Siria, comenzado en 2011, dejó más de 350.000 muertos y millones de desplazados.
DC / AFP