Nacido en Buenos Aires, Argentina, en 1962. A los 13 años de edad, en el año 1975, sus padres ya no resistieron los ingratos gobiernos militares del sistema político y la intranquilidad pública y decidieron emigrar, a todo evento, a los Estadios Unidos. Al principio, como buen latino, no se cuadraba bien con la idea. En efecto, había que entrar por Sacramento la ciudad capital del Estado de California. Luego, iniciaron las diligencias para solicitar la residencia y lograr el permiso para trabajar. Su padre, médico de profesión, y su mamá, oriunda de Rumania, daban a Andrés permiso para viajar a Buenos Aires, pero sus retornos se hacían cada vez más difíciles. Hasta que llegó el momento de normalizar su pensamiento y aceptar su mudanza y nueva vida. Andrés, sabía que podía dominar el inglés, pero su dialecto argentino le fascinaba. Por otra parte, no había complicaciones para sus estudios en USA. Lo que más se parecía a su imaginación terminó siendo el periodismo. Cuando llegó al final de la universidad y su graduación, vio en el paraninfo, con agrado, a los amigos viejos y nuevos en su vida que lo aplaudían y esperaban para felicitarlo.
Habían pasado 15 años entre 1975 y el año 1990. La brega se había superado. La incorporación al basquetbol, el beisbol, al deporte integral y al futbol, de manera especial, era total. En toda acción deportiva estaba presente y nada le había satisfecho más en su vida deportiva que esa oportunidad que se le presentaba. El futbol era su amor, vida, fuerza y atractivo más extraordinario en el pensamiento de aquel joven desde muy adolescente en los años setentas. A esto se agregó el mundial de 1994 cuya sede le fue asignada a los Estados Unidos por una valiosa y verdadera coincidencia en el seno de la FIFA que sirviera de incorporación definitiva de Norteamérica a la era del futbol, deporte con pobre cobertura entre los gringos. Andrés sabía cuánto habían trabajado él y su grupo con las herramientas de entonces para que eso se consiguiera y fuera así. El mundial de 1994 en los Estados Unidos fue totalmente exitoso y, para Andrés, significó la consolidación como el narrador y comentarista más versátil y conocedor del juego y sus jugadores profesionales, amén del más respetado por su performance y soltura.
En efecto, el jugaba y hacia jugar. Se mantenía todo el día y la noche en función y actividades deportivas y recreativas. La dirigencia social y deportiva de los EU se percató de su dedicación y orden. Más rápido que inmediatamente, lo llamaron a sus filas y lo distinguieron con cariño y amplitud. Por añadidura, su amigo, Norberto Longo, invitó a Andrés a participar como socio de una emisora radial que bautizaron FDP-Radio (Futbol de Primera-Radio).
La cobertura del Mundial de futbol de Italia 1990 fue el inicio de una carrera exitosa de gratos componentes. Más algo muy especial sucede, cuando EU es escogido como sede del mundial de Futbol del año 1994 y FDP-Radio trabaja y ayuda en el diseño y organización del magno evento. El había ganado y conquistado esa confianza de los norteamericanos. Su Gooooooooooooool!!!! lo decidió famoso en los 5 continentes, y su voz, sabiduría, y equilibrio lo hacen insustituible como máximo exponente del futbol, según la crítica. Catalogado el locutor más legendario de la tierra, cubre los mundiales de 1990-1994-1998-2002-2006-2010-2014. En 2018, y desde su emisora FDP-Radio, encadena con su voz desde Moscú para todo el mundo a 132 emisoras en 36 de los cincuenta estados de EU y alrededor de cien países del mundo, todos los juegos del mundial de Rusia. Por todo esto, en su historia y performance, gana en 1994, el EMI y el Premio de la Herencia Hispana. En 2005 repite el EMI y el NATPE de EU. Vuelve a ganar el EMI en el 2014. En el 2018 logra la mayor cobertura sobre los mundiales históricos de la FIFA que los ha hecho suyos.
Ahora bien, no se trata de Andrés Oppenhaimer, el famoso periodista argentino, ni de Andrés Galarraga, el formidable “Gato” venezolano de las Grandes Ligas. Ni de Andrés López Obrador, Presidente Electo de México sino de un hombre sencillamente educado, que ama a los EU y lo consagró con agradecimiento como el país que le dio su nacionalidad sin querer que olvidara su original Argentina. El es Andrés Cantor y su ¡Goooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooool de 45 segundos.
DC / Luis Acosta