Tragó una espina de pescado y murió porque no había una pinza en el hospital

Una mujer de 26 años falleció esta semana en el Hospital Central de Maturín tras tragarse una espina de pescado por carencias de equipos y pinzas especiales.

Esta denuncia evidencia la crisis de insumos que padece este recinto hospitalario en el que, según familiares de pacientes, para ser atendidos se exige desde agujas, jeringas y antibióticos, hasta medicamentos para bajar la fiebre en las áreas tanto de pediatría como de adultos.

Los perjudicados por esta situación afirman que es poco lo que pueden hacer médicos y enfermeras con su esfuerzo, pues esta entidad, que no sólo atienda a personas de Monagas sino también de Bolívar y Delta Amacuro, está “en completo abandono”, por lo que “se hace insostenible esta situación”.

Las autoridades no se han pronunciado sobre estas carencias de este centro de salud que está sin director desde que en enero fue detenido Luis Briceño, que ocupaba este cargo, además de dos trabajadores más, por presunto desvío de medicamentos.

DC – Fe y Alegría