Se salvan los 107 contratos petroleros de las rondas de la apertura en México. Se salvan porque ya no serán revisados por el nuevo gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Se despeja la incógnita. Y las empresas y los inversionistas y los contratistas y hasta los funcionarios que llevaron adelante las licitaciones, pueden respirar tranquilos.
Quien ha despejado el panorama es Abel Hibert. Este es el asesor principal en materia económica del equipo que prepara la transición del nuevo Ejecutivo en México. Esto indica que ya el presidente electo dio el visto bueno. Todo después de varias reuniones y analizar el asunto. ¿Qué ocurrió? La conclusión, dijo Hibert, es que “son contratos que están bien asignados, son transparentes, con una ventaja al gobierno puesto que van a traer mucha inversión y tecnología, son muchas ventajas para el Estado mexicano”.
Esta constituye una de las mejores noticias para el ambiente de inversiones en México. Porque la apuesta ha sido alta en política petrolera. En distintos pronunciamientos de funcionarios del gobierno de Enrique Peña Nieto, se señalaba que los contratos podían ser revisados desde ahora y no esperar a que entrara en funciones el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, ya que la información de los contratos es pública. También las empresas ganadoras de las licitaciones estaban abiertas a cualquier revisión. Era una manera de blindar lo que de por sí no tenía por qué concitar dudas.
“Son contratos que están bien asignados, son transparentes, con una ventaja al gobierno puesto que van a traer mucha inversión y tecnología”
De modo que ahora se puede decir que la reforma energética de Peña Nieto puede mirar el horizonte que se planteó. Que se registre un aumento de la producción entre 2022 y 2024. México puede servir de ejemplo para el caso Venezuela, cuya producción petrolera se acerca al millón de barriles diarios. La producción de México es de 1,8 millones de barriles diarios. Los nuevos contratos sumarían más de 700.000 barriles diarios en aquellas fechas. Estas cifras hablan por sí mismas. El mayor beneficiario será el gobierno de López Obrador. Pues dentro de un par de años se notarán los primeros resultados en el alza de la producción.
Son 107 contratos los que han sido objeto de adjudicación en el proceso de reforma energética. 104 producto de las rondas y tres bajo el esquema de asociación con Pemex, la empresas estatal de México. Los inversionistas de los contratos tienen diverso origen. De México, Colombia, Estados Unidos, Canadá, Reino Unido. Pero también Shell, Petronas, Total y Qatar Petroleum se cuentan entre las multinacionales de mayor actividad.
Se calcula que el incremento de las operaciones petroleras y las nuevas inversiones redundarán en la creación de más empleo por el orden de los 900.000 plazas. Otra mejor noticia para el gobierno de López Obrador. ¿Cómo entonces iba a suspender los contratos? Se ve que el pragmatismo prevaleció sobre cualquier otra consideración de tipo político e ideológico.