En un bar del barrio de Palermo, en Buenos Aires, entre el tintineo de las copas y el rugir de la licuadora de cócteles, un público integrado en su mayoría por jóvenes venezolanos estalló en aplausos.
En el centro del local, en un espacio despejado para hacer veces de tarima, los caraqueños Edward Ramírez y Rafael Pino interpretaron un set de más de dos horas de temas suyos y ajenos de joropo tuyero, un género del folklore que, si ya es poco frecuente de oír en los bares venezolanos, resulta más que una rareza en este sur que recién estrena su primavera.
Ramírez, cuatrista de la agrupación C4 Trío y que cuenta con dos discos como solista, y Pino, cantante y maraquero con un disco propio y múltiples colaboraciones, integran El Tuyero Ilustrado, un dúo que ha emprendido desde 2015 el necesario rescate del joropo tuyero, con el tono lúdico y casi narrativo que le caracteriza al género, y con una ejecución musical impecable. El nivel de las composiciones de su primer disco, con título homónimo, les hizo merecedores de una nominación a los Grammy Latinos en la categoría Folklore en 2017.
Su parada en Buenos Aires fue parte de una gira latinoamericana que incluyó también presentaciones en las provincias argentinas Chaco y Rosario, y en la ciudad de Porto Alegre, en Brasil. Además, con su presentación en el bar porteño, marcaron el inicio de las Guataca Nights, una reinterpretación de las sesiones de música popular venezolana del Trasnocho Cultural, que ahora también serán celebradas en el sur.
Rodeados por un séquito de inmigrantes conmovidos y enrumbados, los integrantes de El Tuyero Ilustrado interpretaron todos los temas de su primer material discográfico, incluyendo aquellos que, desde su lanzamiento, ya empiezan a figurarse como piezas necesarias del nuevo repertorio popular venezolano. Viernes de quincena, una sátira a los días de cobro en Caracas (con el tráfico y las alcabalas policiales incluidas) es uno de ellos. Lo mismo ocurre con El aguacate, una canción de corte social que relata la historia de «la férrea dictadura» de esta fruta «en un guacal de verduras del cual no quiero acordarme».
Entre tema y tema, con la complicidad de aquel que se siente hermano por compartir acento y tradiciones, los músicos contaron a los asistentes las anécdotas de su historia como dúo. Fue un ir y venir de fechas del calendario, que pasaban como el vino, con los flashes hacia la forma en la que una primera colaboración musical en 2014, terminó forjando a este sólido dueto joropero.
El amor no podía faltar en el repertorio, y fue así como interpretaron Mi mejor amiga, dedicada a los amores imposibles que permanecen por siempre en la popular friendzone; pero también Claro de Luna, una completa celebración al romance, que bien puede considerarse entre las más hermosas composiciones del género estrenadas recientemente en el país.
Temas populares del repertorio movieron las nostalgias de los asistentes que esa noche coincidieron en Buenos Aires a pesar de haber nacido en distintas regiones de Venezuela. La gaita La voy a tocar a pie, de la agrupación VHG; el merengue central El espanto, de Adelis Freitez, y hasta una malagueña oriental cantada por Pino en solitario emocionaron a algunos hasta las lágrimas.
Esta no es la primera vez que El Tuyero Ilustrado se presenta fuera del país. Por solo nombrar un caso, esta gira al sur fue realizada después de una celebrada aventura trasatlántica en 2017 en Europa. Sin embargo, sorprendido con los aplausos que resonaron en aquel bar porteño y tal vez por aquella atmósfera de noche inacabable (el concierto se extendió el doble del tiempo previsto), Ramírez no solo se mostró agradecido, sino también sorprendido: «¡Cómo me iba a imaginar que iban a aplaudir tanto al joropo tuyero en Buenos Aires!».
El Universal