Entiendo la gravedad de lo que afirmo: Venezuela está en manos del crimen organizado; lo he venido insinuando desde hace ya un año, y ahora lo sostengo a partir de las conclusiones del III Diálogo Presidencial efectuado el pasado 23 de octubre en Miami Dade College, con el apoyo de IDEA y de la Cátedra Mezerhane sobre democracia. No me refiero solo a grupos criollos de criminales como el Cártel de los Soles o los colectivos armados, sino a la presencia real en el país y al dominio específico de parcelas por parte del narcotráfico internacional, la guerrilla colombiana, el tráfico de personas, el lavado de dinero, el arco minero, el negocio negro e ilícito de hidrocarburos, el Hezbolá y otros grupos terroristas del mundo, con el apoyo de gobiernos de Estados aliados a esos delincuentes, como los de Cuba, Irán, Rusia y Bielorrusia.
Luego de la crisis cubana, a partir del desmembramiento de la Unión Soviética, después de la caída del Muro de Berlín y del fracaso estruendoso del comunismo en el mundo (bueno para nada), el Foro de Sao Paulo, para dar un nuevo aliento al comunismo, agrupa fuerzas llamadas progresistas y de izquierda, comunismo disfrazado de socialismo, con el propósito de penetrar y secuestrar la democracia, acabar con las instituciones y las libertades, en nombre de la libertad. Pacta con el crimen organizado.
El Foro de Sao Paulo ha logrado no pocos objetivos, mantiene aún la desgracia cubana que ya suma 60 años, la venezolana que se apresta a cumplir 20 y las experiencias nefastas de Nicaragua y Bolivia, cuatro países en proceso de degradación humana, siendo el caso venezolano el más dramático, porque han logrado destrozarlo todo, robar tesoros del pasado, arruinar el presente y comprometer seriamente el futuro.
Algunos países han logrado dar marcha atrás en el camino trazado por el Foro de Sao Paulo, como es el caso de Honduras, que se sacudió a Zelaya antes de que se consolidara como dictador, o el de Argentina, que puso de lado a la Kirchner y a los suyos, o Chile que tuvo momento de devaneos, o Ecuador que dio un paso al lado de Correa, o Brasil, que dio un salto hacia algo distinto de lo que representan Lula, Rousseff y el brutalmente corrompido Partido Socialista de los Trabajadores, abriendo una incógnita que rogamos a Dios sea positiva y buena para el noble pueblo brasileño, que de manera clara dijo no al continuismo de la corrupción y al Foro de Sao Paulo.
En Venezuela se ha dado una clara comunión del crimen organizado y el régimen que aparenta conducir Nicolás Maduro, de quien hace ya tiempo hemos dicho que es arlequín de Cuba, del Foro de Sao Paulo y de intereses lejanos al pueblo venezolano. El régimen criminal tiene un solo objetivo, un único propósito: sostenerse en el poder, continuar el festín y el saqueo sin importarle para nada la gente, el hambre del pueblo y las enfermedades. Por el contrario, estimula esos males, es la manera de someter por hambre y miedo. El régimen no hace nada por frenar la diáspora, por el contrario, estimula que se vayan los que están en desacuerdo con su comunismo, y todos los que puedan levantar la voz.
La realidad de ser hoy un país invadido, sometido al crimen organizado internacional, al cual se suman los criminales criollos y los corruptos de oficio, obliga a una acción decidida y solidaria de la comunidad internacional, de los países comprometidos con la libertad y la democracia. Que no nos hablen hoy de elecciones, porque no habrá elecciones limpias, cuando el régimen y el crimen organizado internacional saben que perderían con más de un 80% en su contra; que tampoco nos hablen de diálogo para la convivencia, porque es imposible convivir con el crimen organizado internacional, que no soltará la teta que tiene en Venezuela, traducida en impunidad territorial. La clave hoy, lo decimos una vez más, es la unidad de propósito, acciones y comando en los sectores democráticos del país y de la diáspora venezolana, junto a la decidida intervención internacional.
Paciano Padron / Abogado UCV, Doctor en Derecho (La Sorbona, París) – Profesor universitario, autor del “Manual del Orador”/ pacianopadron@gmail.com / @padronpaciano