El exministro de Planificación de Argentina, Julio De Vido, considerado el funcionario con más poder durante las presidencias de Néstor y Cristina Kirchner (2003-2015), fue condenado el miércoles a cinco años y ocho meses de prisión por su responsabilidad en una tragedia ferroviaria que costó la vida a 52 personas en 2012.
Un tribunal oral federal dispuso esa pena contra De Vido, de 68 años, por el delito de administración fraudulenta en perjuicio de la administración pública. Además, el condenado fue inhabilitado de por vida a ejercer cargos en la función pública.
En febrero de 2012 un tren embistió el paragolpes de la estación terminal de Once en la capital argentina. El siniestro ocurrió por la mañana, con los vagones atestados de gente que viajaba en dirección a sus trabajos. De ahí el saldo de más de medio centenar de muertos y unos 700 heridos.
Fue la tercera mayor tragedia en la historia ferroviaria de Argentina.
La justicia determinó que la responsabilidad por lo sucedido excedía al conductor del tren y apuntó a la empresa concesionaria del servicio y a los funcionarios del área de transporte que debían controlarla, así como también al manejo discrecional de millones de pesos en subsidios que aporta el Estado para mantener una tarifa accesible.
Poco antes de la tragedia, un informe de la Auditoría General de la Nación había advertido sobre fallas en los sistemas de seguridad y estado de los ferrocarriles de la línea que une la capital con los suburbios del oeste.
En un primer juicio en 2015, un tribunal oral condenó a dos exsecretarios de transporte, a ejecutivos de la empresa concesionaria del servicio y al conductor a penas de tres a ocho años de prisión.
Si bien De Vido, quien durante los doce años de gestión kirchnerista manejó el Ministerio de Planificación y Obra Pública, no había sido inculpado durante la pesquisa, el tribunal ordenó que se le investigara ya que se trataba del máximo responsable político en el área de servicios públicos.
El exfuncionario se encuentra detenido por otra causa en un penal de las afueras de Buenos Aires y desde allí defendió su inocencia durante el alegato y se autoproclamó como perseguido político del actual gobierno de Mauricio Macri.
Si bien las querellas de los familiares de las víctimas habían solicitado una pena mayor por estrago culposo, el tribunal absolvió al exfuncionario por este delito.
De Vido había resultado electo en 2015 como diputado por el kirchnerismo, pero fue desaforado en octubre pasado a pedido de un juez y cumple actualmente prisión preventiva por un presunto fraude al Estado a través de la modernización de un yacimiento de carbón en la Patagonia. Además afronta otras investigaciones, como las supuestas irregularidades en la compra de gas licuado, la adquisición de trenes en mal estado a España y Portugal, y favorecer a la constructora brasileña Odebrecht con contratos para la ampliación de gasoductos.
El mes pasado además fue acusado formalmente de conformar una asociación ilícita liderada por la expresidenta Cristina Fernández para el cobro de sobornos a empresarios a cambio de la adjudicación de obra pública.
DC | AP