La Eurocámara instó este jueves a España a la retirada de símbolos que exalten el franquismo, en el marco de una resolución sobre el auge de la violencia neofascista en Europa en la que urgen a prohibir los grupos de esta ideología.
Por 365 votos a favor, 90 en contra y 39 abstenciones, los eurodiputados instan a los países de la Unión Europea (UE) a “prohibir efectivamente a los grupos neofascistas y neonazis”, así como cualquier otro grupo que “exalte y glorifique el nazismo y el fascismo”.
El parlamento expresa su preocupación por la violencia actual, especialmente contra “los europeos negros y las personas de ascendencia africana, los judíos, los musulmanes, la población romaní, los nacionales de terceros países, las personas LGBTI y las personas con discapacidad”.
Además, los parlamentarios alertan de que “las generaciones más jóvenes en Europa y en otros lugares se sientan cada vez menos interesadas por la historia del fascismo y, por tanto, corran el riesgo de ser indiferentes ante nuevas amenazas”.
Sobre España, la resolución recuerda que el Congreso de los Diputados aprobó exhumar los restos del dictador Francisco Franco (1892-1975) y trasladarlos fuera del Valle de los Caídos, “lugar de peregrinación de la extrema derecha”.
La Eurocámara considera que “se debe proceder a la retirada efectiva de todos los demás símbolos o monumentos que exalten el alzamiento militar, la Guerra Civil y la dictadura de Francia” y, los que no puedan ser retirados, “deben ser objeto de la necesaria contextualización”.
El objetivo del gobierno socialista, que llegó al poder en Madrid en junio, es sacar los restos de Franco para atajar la “anomalía” de “tener al dictador en un mausoleo de Estado y en un lugar donde puede ser exaltado”, dijo en septiembre la vicepresidenta, Carmen Calvo.
El general gallego yace desde el 23 de noviembre de 1975 en el Valle de los Caídos, un gran complejo monumental a unos 50 km de Madrid, que cuenta con una basílica horadada en la montaña por miles de presos políticos y una impresionante cruz de 150 metros de altura.
Para sus detractores es un lugar insultante para las víctimas de la represión de la dictadura. Y es que los cadáveres de los republicanos fueron sacados de cementerios y fosas comunes y trasladados allí sin el acuerdo de sus familias.
AFP