El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, anunció el lunes que su Gobierno acatará los resultados de una controversial consulta popular en la que ganó la opción de no seguir adelante con las obras del nuevo aeropuerto de Ciudad de México, valorado en unos 13.300 millones de dólares.
El plebiscito, que duró cuatro días y que fue organizado por el equipo del futuro mandatario, recibió duras críticas por no haber sido avalado por el árbitro electoral mexicano. Opositores y empresarios lo tildaron como un capricho de López Obrador, además de considerarlo no vinculante y carente de base legal.
“La decisión que tomaron los ciudadanos el día de ayer (domingo) es racional, democrática y eficaz”, dijo López Obrador, que asumirá las riendas del país el 1 de diciembre.
“Se van a construir dos pistas en el aeropuerto militar de Santa Lucía, se va a mejorar el actual aeropuerto de Ciudad de México y se va a reactivar el aeropuerto de Toluca”, explicó.
El político dijo que todo ello permitirá resolver en tres años la saturación de la terminal de la capital y aseguró que se generarán ahorros por el equivalente a 5.000 millones de dólares respecto a las obras del nuevo aeropuerto que se construye desde 2015 en un drenado lago en la localidad de Texcoco.
López Obrador, conocido por su acrónimo AMLO, afirmó que es “probable” que inversores que participaron en las obras del Nuevo Aeropuerto Internacional de Ciudad de México (NAICM) opten por unirse a su plan de reacondicionar dos terminales aéreas y construir las dos pistas nuevas en la base militar.
“Vamos a hablar también con los empresarios, con los contratistas, para llegar a un acuerdo. Hay la posibilidad de que sigan con los contratos, haciendo el mismo volumen de obra en Santa Lucía o llegar a arreglos”, dijo. “En todo caso, se va a actuar con apego a la legalidad”, agregó.
Su equipo calcula en menos de 100.000 millones de pesos (unos 5.000 millones de dólares) el costo de reacondicionar los dos aeropuertos y construir las dos nuevas pistas.
Malas noticias
La decisión de cancelar la multimillonaria obra, la más grande del gobierno saliente, provocó un desplome de la bolsa mexicana de valores y de la moneda local, el peso, cedió un 3,6 por ciento el lunes, su peor caída desde el triunfo de Donald Trump en las elecciones de Estados Unidos en noviembre de 2016.
En medio de la incertidumbre, los rendimientos de los bonos emitidos para financiar parte del proyecto se dispararon a sus máximos históricos.
“Este es un mal presagio de cómo evolucionará la política bajo el mandato de López Obrador”, dijo la firma Eurasia en una nota a clientes.
“A medida que enfrenta los problemas, las decisiones de López Obrador se alinearán con sus opiniones más intervencionistas y esto empeorará una vez que esté en el cargo y tenga que tomar decisiones sobre todo tipo de problemas”, agregó.
Pero AMLO desestimó la reacción de los mercados al calificarla de “normal” y “poco significativa”.
“Una vez que se informe se van a tranquilizar las cosas (…) No representó prácticamente nada de alteración. Hay que esperarnos, no hay nada que temer”, dijo.
El futuro presidente, quien también ha prometido revisar contratos energéticos multimillonarios, reiteró que los derechos de los inversores y tenedores de bonos de NAICM están garantizados y afirmó que está dispuesto a dialogar con ellos para llegar a acuerdos.
Su futuro secretario de Transporte, Javier Jiménez, dijo que hay gastos no recuperables que pagar por 40.000 millones de pesos (unos 2,000 millones de dólares).
Por otra parte, AMLO afirmó que no creía que los inversores y constructores del NAICM comiencen a hacer impugnaciones por la cancelación del nuevo aeropuerto, pero afirmó que si lo hacen, están en su derecho.
El líder de la Confederación Patronal de México, Gustavo de Hoyos, dijo el lunes que los empresarios se reservan el derecho de hacer tales impugnaciones.
“Vamos a intentar en su momento todas las acciones jurídicamente válidas que estén a nuestra disposición porque tenemos la clara convicción de que la obra en proceso es una obra que le conviene al país”, dijo a Reuters.
Sin embargo, el último presidente, Enrique Peña Nieto, dijo que no se realizarán modificaciones a la concesión ni a la ejecución del proyecto hasta que pase la posta a López Obrador.
“Durante los últimos años hemos sido claros en cuanto al valor y la relevancia para esta obra en el país”, afirmó Peña.
“De mantenerse la decisión de cancelar la obra, el próximo gobierno tendrá que hacer frente al pago de compromisos, los cuales probablemente requerirán el uso de recursos fiscales adicionales”, agregó.
El Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México -una empresa de participación estatal mayoritaria responsable de construir, administrar, operar y explotar el NAICM- ha emitido bonos por 6,000 millones de dólares para financiar la obra, además de 30,000 millones de pesos (unos 1,500 millones de dólares) en unos títulos colocados en la bolsa local.
Líderes empresariales aseguraron que la decisión siembra un mal precedente y dudas sobre el horizonte para futuras inversiones, especialmente en el vital sector energético, en momentos en que México busca aumentar su declinante producción de hidrocarburos.
“No es una buena noticia el retraso del aeropuerto para la conectividad en México (…) Este aeropuerto era necesario”, dijo en Panamá el presidente de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), Alexandre de Juniac.
Reuters