Parodio el título de la novela de Fermín Mármol León “Cuatro crímenes, cuatro poderes” donde el comisario relata cuatro complejos casos de su carrera de detective y, que, aunque los resolvió policialmente, los “poderes” a los cuales pertenecían los implicados, actuaron para minimizarlo.
En el mundo bizarro de la Venezuela de nuestros días, no son las autoridades las que investigan los crímenes, los resuelven y aplican los castigos de ley, ahora, luego de ocurrir una transformación del ciudadano en funcionario fanático y perverso, son las autoridades las que asesinan y, por ello, ni se investiga y mucho menos se castiga.
Centenares de crímenes se han causado de manera directa, centenares de ciudadanos han sido presos y torturados por razones políticas y millones perdemos peso y salud en este garrote vil de una economía que reclama su libertad.
De los centenares de crímenes, comentamos tres que definen el genoma de estos asesinos.
1-David Vallenilla (22). Durante las numerosas protestas ocurridas en todo el País contra el régimen en 2017, sucedió que una de ellas, de miles de personas, pasó al lado del aeropuerto-base militar de La Carlota en Caracas. Dentro de la base un numeroso grupo de guardias con equipo anti motín y armas de fuego permanecían detrás de la sólida reja metálica que protege la instalación. Desde allí, un guardia se acercó a la reja y disparó contra Vallenilla a quemarropa hiriéndole de muerte. Todo este suceso fue transmitido en vivo por los medios de comunicación causando una enorme indignación por su brutalidad.
2-Oscar Pérez (37). Pérez un inspector de policía de investigación, en junio 2017 se sublevó y, junto a grupo de contrarios al régimen, ejecutó varias acciones de ataques sorpresa, cuyas filmaciones difundía por las redes. Sus acciones, aunque no causaban bajas, ridiculizaban, retaban y deterioraban la imagen del régimen.
Finalmente, luego de mucha búsqueda y el ofrecimiento de recompensa fue localizado, emboscado y sometido y a pesar de declararse rendido, a la vista de todo el País pues lo transmitió por las redes, fue muerto sin contemplación a balazos. El suceso provocó un gran repudio por el injustificado ensañamiento y la crueldad empleados.
3-Fernando Albán (56). Concejal del municipio Libertador, militante político de Primero Justicia. En octubre de 2018, es detenido y acusado de estar implicado en un intento de magnicidio. A los tres días, luego de su arresto, personeros del régimen informan de su suicidio al lanzarse desde un décimo piso del edificio donde estaba detenido. El rechazo colectivo a esta noticia no se hizo esperar y la sospecha de que en realidad Albán habría muerto a consecuencia de torturas y luego lanzado al vacío es la versión que más se repite y se acepta como verdadera.
Poca duda existe de que este régimen no tiene escrúpulos en cuanto a terminar con la vida de los ciudadanos si estos afectan su único interés de permanecer en el poder. Ha demostrado consistentemente que puede matar sin remordimientos y luego tratar de simular con cualquier cuento el horror de lo que realiza.
Así las cosas, en esa misma proporción se define el enemigo al cual el pueblo de Venezuela combate. Es una dictadura cruel y sin disfraces, por lo que hay que enfrentarla con determinación y sin miedo, pero con mucha astucia.
El reciente brutal asesinato de Fernando Albán nos reta y espolea a redoblar la marcha para terminar con la pesadilla. Y así va a ser. La solución avanza silente y sagaz.
DC / Eugenio Montoro / montoroe@yahoo.es