Royal Dutch Shell negocia la venta de su participación en una operación conjunta de petróleo en Venezuela a Maurel & Prom, que tiene su sede en París, dijeron tres fuentes a Reuters, con la intención de reducir su negocio de crudo en el atribulado país miembro de la OPEP y concentrarse en el sector gasífero.
La empresa anglo-holandesa busca vender su participación de 40 por ciento en Petroregional del Lago, una empresa mixta con la petrolera estatal venezolana PDVSA en el estado occidental de Zulia, en la frontera con Colombia.
La zona se ha visto afectada por el frecuente robo de equipos y cortes casi diarios de energía a medida que se profundiza la crisis económica de Venezuela.
Las compañías extranjeras también se quejan en privado de que las empresas conjuntas con Petróleos de Venezuela (PDVSA) están plagadas de una ineficiente burocracia, dudosos contratos y falta de recursos.
En Petroregional, Shell está frustrada por las largas demoras en recibir efectivo y dividendos de la estatal, privando a las empresas mixtas de ingresos muy necesarios y mermando la rentabilidad, dijo una de las fuentes.
La empresa conjunta produjo en 2016 cerca de 33.000 barriles por día (bpd) de crudo.
Su potencial venta está siendo analizada por el Ministerio de Petróleo de Venezuela, según dos de las fuentes.
Sin embargo, en las últimas semanas ha surgido un desacuerdo con Venezuela sobre el monto que Maurel & Prom tendría que pagar para obtener acceso a las reservas del campo, dijeron dos de las fuentes. Agregaron que las negociaciones estaban actualmente suspendidas.
“Todo iba muy bien, pero súbitamente entraron en discrepancias por el pago del bono”, dijo una de las fuentes.
Las fuentes no tenían conocimiento del precio negociado entre Shell y Maurel & Prom, cuyo principal accionista es Pertamina, una empresa petrolera estatal de Indonesia.
En 2013, Pertamina intentó ingresar a Venezuela comprando una participación en otra empresa conjunta, Petrodelta, pero no recibió la aprobación del gobierno.
Maurel & Prom se ha centrado tradicionalmente en África, pero también ha formado alianzas estratégicas con Frontera Energy en Colombia y Perú en los últimos años. Una de las fuentes dijo que Maurel & Prom esperaba comprar Petroregional como parte de un consorcio.
“Hay inversionistas venezolanos involucrados en el consorcio de compras”, dijo la fuente. No quedó claro quiénes son.
Shell no quiso hacer comentarios. Maurel & Prom, Pertamina, PDVSA y el Ministerio de Información de Venezuela no respondieron de inmediato una solicitud de información.
INDUSTRIA EN CRISIS
La potencial reducción del negocio de Shell se produce cuando la industria petrolera de Venezuela, asiento de las mayores reservas de crudo del mundo, se encuentra en una crisis.
Su producción de crudo se redujo nuevamente en septiembre a 1,43 millones de barriles por día, según datos del país divulgados el jueves por la OPEP, derribando el promedio anual a un mínimo en seis décadas.
Los trabajadores que no pueden alimentar a sus familias con los salarios de PDVSA están renunciando en masa, la falta de inversión ha dejado muchas instalaciones en condiciones precarias y la caída de la producción se ha acelerado bajo la nueva administración militar.
Shell fue una empresa pionera en Venezuela y ha operado por más de un siglo, pero ha mantenido un bajo perfil desde que el fallecido presidente Hugo Chávez nacionalizó la industria en 2007, convirtiendo todos los proyectos petroleros en empresas mixtas controladas por PDVSA.
Actualmente la única operación que Shell tiene en Venezuela es Petroregional, que opera el campo de crudo “Urdaneta Oeste” en el tradicional centro petrolero del Lago de Maracaibo, en el occidente venezolano.
En los últimos años, la producción se ha derrumbado en la que solía ser la zona productora de crudo más grande de Venezuela, el estado de Zulia.
Salir de Petroregional permitiría a Shell concentrarse más en el gas natural, una prioridad para la compañía.
Bajo un plan que aún se está negociando con Venezuela, Shell está presionando por un acuerdo que le permita producir gas en el campo de Dragón, una de las cuatro áreas que forman parte del proyecto costa afuera Mariscal Sucre, en el mar Caribe.
El gas se procesaría en las instalaciones que Shell opera en Trinidad y Tobago.
Shell completó en 2016 la compra de BG Group por 52.000 millones de dólares, creando el mayor negociador de gas natural licuado (GNL) del mundo. La adquisición y otras compras han dado a Shell un mayor acceso a las operaciones de gas en Trinidad, a pocos kilómetros de la costa este de Venezuela.
DC | Reuters