El hecho es extremadamente grave… El concejal Fernando Albán estaba bajo la custodia del SEBIN. Este elemento per sé implica una responsabilidad del Director de este cuerpo de seguridad del Estado y, por supuesto, del personal directamente asignado a su custodia. A eso, al menos hasta ahora, no ha hecho referencia el Fiscal General Tareck William Saab.
Si aceptamos como válidas sus declaraciones en cuanto a que la ciencia forense, la autopsia, las experticias, el laboratorio demostraron que “el concejal se encontraba con vida al momento del impacto” y que no existen evidencias científicas de “maltratos físicos”, elementos todos total y absolutamente posibles de comprobar, aún quedaría en el aire, sin respuesta, hasta ahora: ¿por qué el concejal Albán se suicidó?
Lo que ha dicho el fiscal puede ser parte de la respuesta pero no es toda la respuesta. ¿Por qué una persona se suicida? Las respuestas son infinitas como “infinitas posibilidades de ser” es el ser humano. Hay razones personales para que alguien tome la determinación de suicidarse que incluso pudiéramos calificar de “nobles”: el “honor puesto en entredicho”, el “pudor del vencido”, la “sensibilidad”, etc. Otras no son “personales”, son creadas o impuestas desde afuera, desde el entorno político o social. El detonante, el punto de inflexión, para que estas situaciones sucedan también puede ser múltiple: desde escuchar una canción que recordaba tiempos pasados felices hasta una tristeza acumulada insoportable o una presión excesiva a la cual es sometida una persona… Y la naturaleza humana de la cual la vida nos dotó también tiene mucho que ver en ello.
Normalmente la persona se encuentra por sí misma, o es llevada por la acción de otros, a un estado “límite”, a “situaciones extremas” que no puede aceptar, tolerar o resistir a ellas. Algo se “rompe” dentro de ella, su naturaleza humana no aguanta y toma la determinación fatal. En el caso de los detenidos políticos y de la actuación de los órganos de seguridad es frecuente ver que por la vía de torturas sicológicas – que no necesariamente de maltratos físicos – la persona “se quiebra” (palabra, por cierto, propia del argot y de las prácticas policiales). Efectivamente, ese “quiebre” puede ocasionar consecuencias fatales. ¿Es el caso del concejal Fernando Albán? No lo sabemos y la investigación debe determinarlo. Sí llama mucho la atención que Alban había sido detenido sólo 72 horas antes. ¿Qué sucedió en esas 72 horas? ¿En tan corto tiempo? Esa es una pregunta fundamental.
Siempre hay razones, siempre hay un detonante. ¿Cuáles fueron en el caso de la muerte del concejal Albán? El fiscal Tareck William Saab debe hablarle, de nuevo, al país y a los familiares del concejal. De lo contrario su respuesta será incompleta y dejará dudas.
DC / Reinaldo Quijada / unidadpoliticapopular89@gmail.com / @upp89RQuijada