Mientras los venezolanos mantienen la creencia colectiva de que viven en el país que tiene a las mujeres más hermosas, miles de potenciales reinas de belleza han emigrado en medio de la crisis económica y decenas de ellas buscan ahora representar a sus nuevas patrias en los concursos internacionales.
Sólo este año una decena de venezolanas se inscribió en certámenes de belleza en varios países, a donde llegaron huyendo de la severa crisis económica de su lugar de origen, y haciendo uso de sus dobles nacionalidades, un rasgo común en la Venezuela que fue receptora de millones de inmigrantes hasta la década pasada.
Si bien no todas ganaron, cuatro jóvenes nacidas en Venezuela representarán este año a Chile, Portugal, Perú y España en competencias internacionales de belleza como el Miss Tierra, que se celebrará el 3 de noviembre en Filipinas; el Miss Mundo, el 8 de diciembre en China; y el Miss Universo, el 17 de diciembre en Tailandia.
Las beldades, cuyos padres o madres son naturales de otros territorios, poseen la gracia típica de las ‘misses’ venezolanas, un atributo que les permitió el triunfo en sus segundas patrias y que antes convirtió al país petrolero en una «fábrica de reinas» y al certamen nacional de belleza en el espectáculo más esperado del año para millones.
Aunque en los últimos 40 años algunas criollas han representado a otros países en esta clase de competencias, la cifra de este año supera el balance de las últimas cuatro décadas y está asociada a los 2,5 millones de venezolanos que se cree han emigrado en los últimos cuatro años, una cifra que puede llegar a 4 millones a fines de este año.
«Lo que está sucediendo es una consecuencia de la diáspora, creo que esto va a ser más fuerte en la medida que pasen los años cuando las niñas que han emigrado lleguen a la mayoría de edad», explicó a Efe el periodista de espectáculos Orlando Suárez, que ha seguido muy de cerca estas competencias en los últimos 30 años.
Según dijo, las venezolanas «tienen un chip metido en la cabeza de que todas son hermosas y futuras reinas de belleza» que responde al fanatismo nacional por el Miss Venezuela, de donde han salido siete ganadoras del Miss Universo, seis del Miss Mundo, siete del Miss Internacional, dos del Miss Tierra y otra decena de triunfadoras.
Por eso, jóvenes como Andrea Díaz, la periodista nacida en Venezuela que representará a Chile en el Miss Universo, vio en la patria de su padre una oportunidad para cumplir la meta de participar en un concurso de belleza internacional.
«Chile es mi país» y voy a demostrar «de qué estamos hechos los chilenos», son frases que ha proferido la comunicadora que también habla de sus «raíces» en el país caribeño y deja ver en las redes sociales indicios de su ‘venezolanidad’.
En Chile, la corona finalmente se disputó entre ella y su doble compatriota Sabina Ahumada, que quedó como primera finalista y se define como «venechilena».
Mientras tanto, Jéssica Russo, de madre peruana, se impuso en el Miss Tierra de Perú, por lo que se enfrentará en Managua a sus coterráneas Diana Silva, que ganó ese derecho al obtener la corona en Venezuela, y con Carolina Jane, que representará a España en este certamen.
Russo ha dicho que participar en estas competencias «es un sueño con el que crecemos las venezolanas» mientras que Jane ve en España el país que le «abrió las puertas para concretar un sueño» que le permitirá representar sus raíces europeas.
Ninguna de las anteriores participó en el Miss Venezuela, lo que sí ocurrió con Carla Rodrigues de Flavis, quien formó parte de la «fábrica de reinas» en 2011 y en noviembre será la cara de Portugal en el Miss Mundo.
La migración de la llamada industria de la belleza venezolana también incluye a maquilladores, coreógrafos, entrenadores físicos, profesores de pasarelas, estilistas y diseñadores que hoy están desperdigados por el mundo y forman parte de la organización de otros concursos.
Al respecto, Suárez destacó que las candidatas de países como Perú han ganado mejores posiciones en los concursos internacionales de los últimos años, justo cuando empezaron a ser preparadas por venezolanos «y eso responde a todo el bagaje que tiene ese equipo».
En el caso de España, agregó, «muchos venezolanos» trabajaron en el certamen que terminó con la coronación de la sevillana Ángela Ponce, que se convertirá en la primera mujer transgénero en participar en el Miss Universo este diciembre.
DC – EFE