Con la victoria popular del nuevo presidente constitucional de la República Federativa del Brasil, Jair Bolsonaro, el gigante suramericano, dio un giro adverso a la política del socialismo del siglo XXI.
Residentes de ciudades y pueblos buscan eliminar de la simbología de ese sistema político toda imagen o recuerdo del pasado reciente.
En la ciudad de Paraiba, sus habitantes coincidieron en acordar que había de desmontar una estatua erigida a Ché Guevara, uno de los símbolos del socialismo y comunismo propulsado por Cuba.
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