Este martes la Justicia alemana condenó a Sergei W. a 14 años de cárcel por el ataque con tres bombas contra el micro del equipo de fútbol del Borussia Dortmund, el pasado el 11 de abril 2017, en el que resultó herido el defensa español Marc Bartra. El hombre, de 29 años.
Durante los largos 11 meses, los jueces interrogaron a testigos, encargaron dictámenes periciales y dieron repetidamente la palabra al propio acusado, que fue detenido diez después del atentado.
El acusado admitió desde el principio que fue él quien fabricó las bombas, las escondió en un arbusto próximo al hotel del equipo y detonó los artefactos cuando el autobús partió rumbo a su estadio para enfrentarse al Mónaco por la Champions League.
Por su parte, el Fiscal General Carsten Dombert no creyó en ningún momento ni una palabra de este argumento. Después de todo, Sergej W. había equipado cada artefacto explosivo con 65 clavos de metal, que había cerrado y pulido especialmente en su lugar de trabajo.
«Las bombas eran incontrolables», dijo Dombert en su alegato final y concluyó que el atentado fue un intento de asesinato que debe ser castigado con cadena perpetua.
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