El exabogado de Trump admite que mintió al Congreso sobre la trama rusa

Michael Cohen, quien fue abogado personal de Donald Trump y uno de sus más cercanos consejeros durante más de diez años, se ha declarado culpable este jueves de mentir ante el Congreso en sus testimonios en el marco de la investigación federal sobre la injerencia rusa en las elecciones presidenciales de 2016. En concreto, y al contrario de lo que afirmó en su día por escrito a los senadores y de lo que ha venido sosteniendo el propio presidente, Cohen asegura ahora que siguió intentando sacar adelante un proyecto inmobiliario de Trump en Rusia meses después de haber iniciado su campaña a la presidencia. La explosiva confesión por sorpresa, en un juzgado federal de Manhattan, después de haberse declarado culpable también en agosto de quebrantar las leyes de financiación de la campaña, supone un nuevo giro en la investigación del fiscal especial Robert Mueller sobre el presidente de Estados Unidos y su entorno.

Cohen ha reconocido este jueves que mintió en una declaración escrita remitida al Senado sobre un proyecto de la compañía de Trump para construir un rascacielos en Moscú. Dicho proyecto, que no llegó a materializarse, constituye uno de los puntos clave en la investigación sobre la posible conspiración entre la campaña de Trump y el Kremlin. En su testimonio ante el Comité de Inteligencia del Senado, ha reconocido el propio Cohen este jueves, mintió sobre las negociaciones y rebajó el alcance real de sus contactos con funcionarios rusos sobre el proyecto. Lo hizo, ha declarado Cohen, por lealtad hacia Trump y para no interferir en su “mensaje político”.

Mintió, sustancialmente, sobre las fechas claves de las negociaciones de la operación inmobiliaria: estas continuaron hasta junio de 2016, admite Cohen ahora, un año después de que Trump anunciara oficialmente su campaña a la presidencia y semanas antes de convertirse en el candidato oficial del Partido Republicano. En agosto del año pasado Cohen dijo al Congreso que en enero de 2016 se decidió que la operación inmobiliaria en Moscú no era viable y «no se continuaría avanzando» en ella. Lo hizo, según ha admitido este jueves, «para dar la falsa impresión de que el proyecto terminó antes del caucus de Iowa», la primera gran cita del proceso de primarias.

Hasta ahora, Cohen había mantenido que, al atascarse el proyecto inmobiliario en enero de 2016, escribió a un asistente del presidente ruso, Vladímir Putin, pidiendo ayuda sobre la adjudicación de los terrenos y la financiación de la operación. Pero dijo que, al no recibir respuesta, el proyecto quedó parado definitivamente. Este jueves, en cambio, Cohen ha admitido que los rusos sí respondieron y negociaron con él sobre el proyecto en una llamada telefónica.

Además, Cohen admite que informó personalmente a Trump sobre el desarrollo del proyecto en más de tres ocasiones. El presidente ha declarado reiteradamente que no tenía negocios con Rusia. “Para que conste, tengo CERO inversiones en Rusia”, tuiteó en julio de 2016. Seis meses después aseguró ante periodistas que no tenía negocios en Rusia porque se había “mantenido al margen”.

Tras conocer la noticia de su confesión, el presidente ha dicho que Cohen es «una persona débil y no muy lista» que trata de obtener «una sentencia reducida». Respecto a la operación inmobiliaria en Moscú, sobre la que ha asegurado que nunca se sintió entusiasmado, ha defendido que tenía derecho a manejar sus negocios durante la campaña. «No realicé el proyecto», ha recordado, «no trataba de ocultar nada».

Al declararse culpable, Cohen puede buscar una rebaja de la condena a cambio de continuar cooperando con las pesquisas de Mueller. En apenas dos semanas está previsto que se conozca la sentencia sobre el caso en el que Cohen se declaró culpable en agosto. En aquella ocasión, Cohen acusó a Trump, ante otro juzgado de Manhattan, de acallar con dinero potenciales escándalos sexuales. Cohen admitió haber pagado 130.000 dólares a la actriz porno Stormy Daniels para no hablar sobre un affair que supuestamente mantuvo con el presidente.

La investigación de Mueller atraviesa un momento particularmente agitado. El presidente, que la semana pasada envió por escrito sus respuestas a las preguntas del fiscal especial, ha redoblado en los últimos días sus ataques al Departamento de Justicia y al propio Mueller, al que acusó de estar conduciendo una “falsa caza de brujas”. El fiscal especial, por su parte, ha acusado esta semana a quien fuera director de la campaña de Trump y testigo clave en la trama, Paul Manafort, de mentir reiteradamente a los investigadores y romper, por tanto, el acuerdo de colaboración que suscribió al declararse culpable en septiembre de los delitos de conspiración contra Estados Unidos y de obstrucción a la justicia por sus negocios de consultor en Ucrania antes de trabajar para el hoy presidente.

El País

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