Realmente ya no encuentra uno la forma de dirigirse a los militares de mi país, pues son ellos los que desde que decidieron unirse a esa benemérita tarea, deben saber mejor que nadie cual es su función en la sociedad. La realidad es desafortunadamente muy distinta, son ellos los que aupan, encumbran y adulan a quienes vejan, humillan y oprimen sin compasión a un país entero, inclusive a ellos mismos, a sus tropas a quienes les llega directamente el derrumbe social y económico generado por la corrupción y la maldad de sus jefes. Son los proxenetas, las celestinas del grupete de bravucones del PSUV, herederos del mayor ultraje que jamas haya sufrido Venezuela, sin pudor alguno defienden, ejecutan y apañan todas las fechorías que son el fondo de capital para mantenerles sus conciencias compradas, sus panzas llenas y sus egos inflados. Cambiaron la decencia, la autoridad eficiente, la defensa de la soberanía e integridad territorial, el servicio al pueblo por la sumisión al invasor, el narcotráfico, el robo de minerales, las redes de extorsión entre otros delitos que desmoronan la patria que juraron defender por encima de sus vidas.
Sin embargo quise hacer algunas reflexiones a los “señores” militares activos venezolanos, quienes se han convertido en el único sostén de una vulgar narcotiranía. Son los puntales de una estructura armada para entregar a Venezuela.
Lo primero que deben los oficiales de las Fuerzas Armadas Nacionales ( F.A.N ) es leer con detenida atención el artículo 328 de la Constitución vigente, el cual es bastante claro y categórico, les transcribo aquí algunas partes de la esencia del mismo: «…Sin militancia política..» «…está al servicio exclusivo de la Nación y en ningún caso al de persona o parcialidad política alguna«, ya no preguntamos inocentemente qué parte de esta sentencia tan clara no entienden, pues sabemos que realmente la obvian a su conveniencia, la mancillan ex profeso para su beneficio propio. Solamente mencionaré a algunas situaciones irregulares legalmente hablando en las que los militares le han demostrado y comprobado al país su condición de traición, desarraigo y deslealtad.
Los militares se han mostrado como los mayores apañadores de violaciones descaradas y flagrantes a la Constitución y estás se profundizaron cuando Chávez no alcanzó a juramentarse para su último mandato, dejando “de lado” las previsiones constitucionales en la materia, acerca de que debía ser el presidente de la Asamblea quien asumiera el cargo hasta la celebración de nuevas elecciones. La Constitución prohíbe expresamente que quien desempeñe las funciones de vicepresidente sea candidato presidencial y dando continuidad al fraude, el vendido máximo tribunal de justicia produjo una insólita interpretación según la cual, por ser reelecto, Chávez tenía continuidad en el cargo aun sin prestar la formalidad del juramento; Por tanto, Maduro podía ser el presidente encargado, aun sin su designación formal como vicepresidente para el nuevo período, conforme establecen las leyes.
O sea, Maduro fue entonces, vicepresidente del Gobierno anterior, presidente encargado del siguiente y candidato presidencial y los militares, aparecieron si, pero para aplaudir está cadena de ultrajes constitucionales…
Se pueden dar innumerables ejemplos de traición y sumisión del plantel de uniformados y vendidos al imperio cubano, pero el extremo, el «acabose» es el asunto de la doble nacionalidad del que usurpa el poder, el malandro Nicolás, por haber nacido en Colombia sin haber mostrado hasta el presente su partida de nacimiento original y con un sinnúmero de contradicciones con respecto a su verdadero lugar de nacimiento. Es sabido que la Constitución prohíbe de manera categórica tener doble nacionalidad para el cargo de Presidente y de nuevo los militares dan un paso al frente, alertas pero para encubrir este asombroso desacato inédito en la historia.
Ante la pérdida por parte del PSUV de las elecciones para la Asamblea Nacional en el año 2015, a las que la oposición acudió sólidamente unida y obtuvo una aplastante victoria, el oficialismo aprovechó los pocos días de vigencia que le restaban a la Asamblea saliente de mayoría chavista para designar un nuevo Tribunal Supremo de Justicia, de un descarado y depravado tinte partidista y completamente a favor de la narcotiranía. Para ello se violentaron los plazos, procedimientos y requisitos establecidos en la Constitución, se contrariaron procesos y normativas al respecto e incluso se designó como magistrados con el mayor cinismo a diputados de la propia bancada oficialista. Así se configuró un máximo tribunal de magistrados no ya leales, sino abiertamente supeditados a los deseos de la narcotirania y los militares allí, presentes escoltando a los fraudulentos designados.
Está semana la FUNDAREDES, denunció la presencia de aproximadamente 10 grupos guerrilleros colombianos que operan descaradamente en todo el territorio nacional, con todo el apoyo y la protección de la narcotirania. Aparte la incontrolable inseguridad, el aumento del delito y las acciones dramáticamente crueles del hampa en contra de sus víctimas. Para mayor control de las cárceles, la narcotiranía ha negociado con los líderes de bandas el mantenimiento del orden dentro de las prisiones con el fin de aplacar la violencia. Esto sigue generando un nuevo poder en el interior de los centros de reclusión: los llamados Pranes, una suerte de señores feudales que, desde el interior de las cárceles en las que se manejan dinero, armas de guerra y es el único país del planeta que dentro de sus cárceles hay las mejores discotecas, piscina y parques de diversiones y si quieren pruebas, allí tienen la cárcel de Tocorón: Y los militares, bien gracias.
Ahora esto es sin nombrar los famosos colectivos de «paz» que son los grupos paramilitares de la narcotiranía para atacar, perseguir, asesinar a la disidencia política que tienen como líder a un » angelito » llamado Valentin Santana, que tiene 3 órdenes de aprehensión por los tribunales por asesinatos, extorsión, robo y atraco a manos armadas ( Ver vídeos en mi Instagram @josegbricenot). Y los militares en respuesta a esos atropellos, se les cuadran firme a éste «personaje».
Señores militares, en noviembre del 2016 hace justamente dos (2) años, Nicolás Maduro en cadena nacional dijo: «Esa gente de la oposición no entrará más por aquí, ni por las buenas ni por las malas, ni con votos ni con balas entrarán más nunca a Miraflores…(sede del gobierno)», lo que es un llamado abierto a la anarquía total por parte del poder usurpador. Lo bárbaro es que todavía hay algunos opositores que creen que esa narcotiranía va salir con diálogos y votos: yo te aviso chiruli, siéntense a esperar.
Posteriormente sin tener legitimidad para tal acción, convocaron a una Asamblea Nacional Constituyente violando la Constitución descaradamente, sin convocar un referéndum, no se realizó una votación universal, directa y secreta para elegir a los constituyentes, sino que estos fueron elegidos por sectores segmentados según el criterio de Maduro a fin de que solo pudieran llegar a la Asamblea Constituyente sus incondicionales y todo esto justamente, luego de la denuncia realizada por la empresa Smartmatic, que prestaba sus servicios al Consejo Nacional Electoral, desde el año 2003, la cual alertó, en agosto de 2017, sobre el fraude constatado en la votación para la elección de la Asamblea Constituyente. Se dejan comandar por soldados cubanos y rusos, por paramilitares colombianos dejan invadir nuestras minas y se asocian en el saqueo de nuestras riquezas.
Los oficiales venezolanos se han convertido definitivamente en una fuerza de choque, un grupo antisocial comandado por narcotraficantes y ejecutan a todo el que no les cumpla con la entrega de la mercancía o les tumbe el cargamento, asesinando a mansalva a niños, mujeres, a quien se les atraviese, tal como sucedió a finales de esta semana en la frontera con Colombia cerca de Maicao donde el “ejército venezolano realizó una masacre, incendiando once (11) buses y camiones con alimentos y otros productos.
Estos recordatorios, llamados de atención o reflexiones de lo que han dejado pasar y han sido cómplices los militares Venezolanos son para despertarles el espíritu de patriotismo y dignidad del Libertador Simón Bolívar, quien rechazó todo tipo de halagos y prebendas y lo único por lo que luchó fue por la paz de su patria. Los venezolanos de bien debemos seguir denunciando a estos vendidos, vergüenza de nuestra estirpe libertadora para restablecer la democracia y hacer lo posible que esos narcobandoleros salgan del poder ojalá con los pies hacia delante porque no hay ley suficientemente justa que pueda juzgar y hacerles pagar, por tanta traición y vileza con sus hermanos de patria…
No dudamos que las piltrafas de esa calaña tendrán su castigo y los acusamos, rechazamos y repudiamos desde la cárcel del exilio con lo único que me queda MI PLUMA Y MI PALABRA
José Gregorio Briceño Torrealba
“El Gato” Briceño
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