Los bomberos combaten en medio de fuertes vientos los incendios que arrasan el norte y sur de California y dejan al menos 44 muertos, entre ellos el “Camp Fire”, el más mortífero en la historia de este estado de la costa oeste de Estados Unidos.
Miles de bomberos lucharon por quinto día consecutivo para contener al llamado “Camp Fire”, a los pies de las montañas de la Sierra Nevada y al norte de la capital estatal Sacramento, que deja 42 fallecidos, mientras equipos de búsqueda se abocan a la penosa tarea de ubicar víctimas.
Apenas contenido en un 25%, el “Camp Fire” es el más grande de varios incendios activos en el estado, que han provocado la evacuación de más de 250.000 personas y que son avivados por vientos de casi 100 kilómetros por hora.
Es también el más destructivo registrado en la región: arrasó 45.000 hectáreas y 6.500 viviendas en la ciudad de Paradise, en el condado de Butte, prácticamente borrándola del mapa.
Más de 5.100 bomberos de todo el país buscan contener las llamas, mientras equipos de búsqueda especializados -en los que participan antropólogos y especialistas en ADN- recorren la tierra arrasada para buscar e identificar restos humanos, en ocasiones reducidos solo a un puñado de cenizas.
Al menos 44 personas han muerto entre las llamas al norte y sur de California.
El presidente Donald Trump declaró “una gran catástrofe en el estado de California y ordenó ayuda federal adicional” para las áreas afectadas, dijo la Casa Blanca en un comunicado. Esto libera fondos para los condados de Butte, Los Ángeles y Ventura.
En el terreno, autos que quedaron en medio de las llamas fueron reducidos a esqueletos metálicos, mientras algunas vigas o chimeneas que permanecen en pie delatan los lugares donde solía haber alguna vivienda.
Glenn Simmons, de 64 años, dijo a la AFP en la ciudad de Chico, cercana a Paradise, que ha estado durmiendo en su auto desde el jueves, incapaz de conseguir lugar en algún refugio.
“Estaba planeando mudarme fuera del estado o al sur de California… Todo se quemó. Tengo mi ropa y una mochila, y eso es básicamente todo”, dijo.
Miley Cyrus “devastada”
En el sur del estado, los bomberos luchan contra el “Woolsey Fire”, que ha destruido mansiones y casas rodantes por igual en la turística Malibú, hogar de muchas celebridades.
Ese incendio es similar en tamaño al “Camp Fire”, pero mucho menos destructivo y con un saldo de muertos de dos personas.
Las autoridades advirtieron que la propagación de los incendios fue más rápida que en el pasado.
“Esta no es la nueva normalidad, esta es la nueva anormalidad. Y esta nueva anormalidad continuará en los próximos 10, 15 o 20 años”, dijo el gobernador de California, Jerry Brown.
“Desafortunadamente, la mejor ciencia nos dice que el calor, la sequía, todas esas cosas, se intensificarán”, advirtió.
Aunque algunos residentes de Malibú pudieron regresar a sus casas a última hora del domingo, la ciudad de Calabasas, justo al noreste, recibió nuevas órdenes de evacuación.
El “Woolsey Fire”, contenido en un 30%, ha consumido 37.000 hectáreas, destruido 370 inmuebles, según el Departamento de Bomberos de California (Cal Fire).
La residencia de la cantante Miley Cyrus fue una de las destruidas por el incendio.
“Totalmente devastada por los incendios que afectan a mi comunidad. Soy una de las que tuvo suerte. Mis animales y el AMOR DE MI VIDA pudieron salir & y eso es lo que importa ahora”, tuiteó la estrella.
“Mi casa ya no está pero permanecen firmes los recuerdos compartidos con familiares & amigos”, agregó.
Un tercer incendio, el “Hill Fire”, en el condado de Ventura, al noroeste de Los Ángeles y Malibú, estaba contenido casi en su totalidad (75%).
AFP