Hasta 60 bolívares soberanos en efectivo puede costar un botellón de agua, la alternativa para quienes se rehúsan a beberla de las tuberías, pues sigue llegando con tonos marrones o amarillos, como jugo de panela.
A pesar del alto precio —6 millones de bolívares fuertes—, los marabinos recorren varios negocios para encontrar un agua más cristalina para el consumo.
Sin embargo, Hidrolago insiste en que, a pesar de su color, el líquido vital está apto. “Seguimos aplicando los mismos procesos químicos, físicos y bacteriológicos al agua que está entrando y que puede (el ciudadano) ver un poco amarilla, pero cuando entra a nuestras plantas potabilizadoras, el agua que viene de los embalses es marrón oscuro como una bebida achocolatada”, sostuvo una fuente de Hidrolago.
Estos químicos son sulfato (líquido y sólido), el policloruro de aluminio (sólido y líquido) y también el gas cloro.
Reconoció que “es entendible que un agua que no esté cristalina pueda inspirar cierto temor o desconfianza”.
Apuntó que es posible aclararla más, pero precisó: “Nosotros tenemos que respetar unas normas que establece la Organización Mundial de la Salud (OMS), en las que dice que no podemos excedernos en la aplicación de de estos químicos porque puede generar un problema de salud pública”.
Aseguró que el agua no representa ninguna amenaza y “hay gente que dice que el agua está saliendo podrida o contaminada, pero eso no es así”, sostuvo.
La razón por la cual el agua llega con niveles de turbiedad se debe a que “sigue lloviendo mucho en las cuencas de los ríos que abastecen a los embalses Tulé y Manuelote. Tanto así, que ya esos embalses están aliviando hasta por los aliviaderos de emergencia porque están hasta el tope”, destacó la fuente.
Hidrolago hizo un llamado a la calma. “El agua se puede dejar reposar porque llega con turbiedad; sin embargo, está apta para consumo y la pueden utilizar también en los quehaceres domésticos”, indicó.
José Marín, un vendedor de botellones, afirmó que desde que el agua llega turbia por las tuberías, las ventas aumentaron más de un 200% en su negocio. Dijo que antes vendía hasta 50 unidades en un día, pero ahora puede llegar a vender hasta 230.
Los comerciantes de estos botellones coinciden en que un envase de estos vacío puede llegar a costar más de 5 mil bolívares soberanos.
“Desde hace días estoy comprando el agua en botellones porque no me atrevo a beberla de las que salen por las tuberías, incluso hirviéndola porque en mi casa la hervimos. Se ve sucia y yo tengo un bebé de un año”, narró María Suárez, habitante del barrio Nueva Lucha.
No obstante, otros sí la beben de las tuberías luego de ser hervida porque no tienen BsS 60, o en pocos casos BsS 50 para comprarlo, como le sucede a Osmary Riera, vecina del barrio El Despertar, quien prefiere consumirla sin importar su color: “Yo la dejo hervir una media hora y luego la pongo a asentar otro rato, pero así me la bebo porque no voy a estar gastando en eso cuando puedo comprar comida”.
Además, otra razón que también forma parte de la alta demanda de botellones responde a que en algunas zonas, especialmente del norte de la ciudad, todavía no llega el líquido de manera habitual, lo que significa que los habitantes de estas comunidades deben ingeniárselas para encontrar el líquido vital, así como ‘cazar’ un negocio donde expendan botellones en su zona.
“Yo a veces recorro 4 o 5 sitios y no encuentro botellones. Parece que todo el mundo está en eso”, dijo Fátima León, del 18 de Octubre.
“Ahorita estamos hacia el servicio (bombeo) sur, que comprende las parroquias Cristo de Aranza, Cecilio Acosta, parte de las parroquias San Isidro y Francisco Eugenio Bustamante y Cacique Mara, Juana de Ávila y Bolívar”, precisó la fuente de Hidrolago.
La distribución a estos sectores se hace en lapsos de 72 horas aproximadamente.
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