Para que las cavas de la morgue de Bello Monte, la principal de Caracas, funcionen se requiere de 150.000 bolívares soberanos, un presupuesto anual que el Ministerio de Interior, Justicia y Paz debería asignar a través del Viceministerio de Integración e Investigación Penal, pero no lo ha hecho desde hace un año. Mientras llega, persisten las fallas en el sistema operativo de las máquinas de refrigeración y preservación de los cuerpos que ingresan.
Desde comienzos de 2017, y hasta marzo de este año, el personal directivo del Senamecf de Caracas se mantuvo a la espera de la asignación del presupuesto definitivo, para cubrir gastos operativos que abarcan desde el mantenimiento de las cavas hasta la compra de material de limpieza y otros equipos, como bisturíes, trajes médicos, guantes, tapabocas, entre otros. El presupuesto solicitado a comienzos del año pasado superaba los 50 millardos de bolívares del cono anterior (BsS 500.000).
Desde el despacho del entonces director, el coronel retirado de la Guardia Nacional Bolivariana, Domingo García, se emitieron comunicaciones institucionales a organismos adscritos al Instituto Venezolano de los Seguros Sociales, Ministerio de Salud y al Servicio de Elaboraciones Farmacéuticas, con el fin de solicitar donaciones de material para trabajar en áreas contaminadas.
La cifra solicitada ante el órgano rector –luego de la salida del coronel García en marzo de este año– no llegó, lo que generó también el incumplimiento de pagos a técnicos contratados fuera de la nómina del organismo para el mantenimiento de equipos de refrigeración. La operatividad de las cavas cuartos empeoró, de acuerdo con versiones ofrecidas por trabajadores del área de Patología.
De las cinco cavas refrigeradoras para cadáveres dispuestas en Colinas de Bello Monte solo funcionan tres, según fuentes del Servicio Nacional de Medicina y Ciencias Forenses. Dos de ellas están habilitadas para cuerpos provenientes del estado Vargas y una para preservar aquellos que llegan de los Valles del Tuy y Santa Teresa, estado Miranda. En el resto de las máquinas se preservan cuerpos procedentes de Caracas.
Tampoco hay personal
La morgue dispone dos técnicos en refrigeración para paliar la inoperatividad de las cavas, que se registra al menos dos veces por mes lo cual ha generado la proliferación de vectores de contaminación en los últimos cuatro meses, que alcanzó al personal técnico y médicos forenses que laboran a diario en las salas de autopsia, de acuerdo con la fuente. Aunado a ello, el personal de la morgue de Bello Monte requiere de equipos adecuados, como tapabocas y trajes enteros que muchas veces son adquiridos con recursos propios, para trabajar en áreas contaminadas. Un ejemplo de ello, las máscaras de protección respiratoria que suelen usarse por turnos entre los trabajadores, así como botas de caucho requeridas para transitar por suelos llenos de sangre.
Ante ello el informante reveló que los productos de limpieza, especialmente el cloro y povidine, son racionados y su uso debe alcanzar un mes hasta la próxima dotación.
Cuerpos apilados
La falta de inversión y optimización de los recursos dispuestos para la preservación de cadáveres en la morgue de Bello Monte trae como consecuencia la aceleración del proceso de descomposición. No hay garantías que al familiar se le entregue un cuerpo en buen estado, dispuesto para la sepultura.
En la morgue de Bello Monte mensualmente se contabilizan hasta 80 cuerpos que están sin identificar y otros que nunca fueron reclamados. El Ministerio Público establece un término de permanencia de 2 meses si no aparecen familiares, hasta ser llevados a fosas comunes que ahora son habilitadas en los Valles del Tuy, en el estado Miranda, o en La Peste, en el Cementerio General del Sur, explicaron trabajadores de la medicatura forense.
No cumplen con estándares
Los equipos de refrigeración de cadáveres en la morgue de Bello Monte fueron traídos de China, de acuerdo con información suministrada por fuentes del organismo y, según expertos, no tienen la misma calidad que otros, ni cumplen con los estándares internacionales para mantener la refrigeración adecuada. Indicaron, además, que no hay recursos para contratar técnicos de forma fija para evitar el daño de las máquinas.