Tristeza, eso era lo que se respiraba en el ambulatorio de Naiguatá la mañana de ayer, cuando una pequeña de apenas tres años fue ingresada luego de ser embestida por el conductor de un bus de la ruta Camurí Grande-Caribe. La niña había llegado sin signos vitales producto del traumatismo craneoencefálico que sufrió.
Su madre, según cuentan trabajadores del dispensario, estaba en shock ante lo ocurrido y no paraba de dar gritos. Todos en el centro de salud estaban atónitos ante la trágica noticia.
Fue el mismo conductor del bus implicado en el hecho, que se registró a las 9:30 am de ayer, quien llevó a la madre y a la niña al centro asistencial.
Al sitio llegaron funcionarios de Polivargas que mantuvieron el cuerpo de la niña Rebeca Iriarte Rodríguez en resguardo hasta que llegaron técnicos de la medicatura forense que se encargarían de retirar el cadáver.