La sonrisa es uno de los gestos más subestimados del rostro humano, pero lo que debemos de tomar en cuenta es que algo tan sencillo como mostrar nuestra dentadura, puede cambiar nuestras vidas en muchas facetas.
Luz Ramírez, de 51 años, es prueba de ello. Luz comenzó a perder sus piezas dentales después de su segundo embarazo debido a problemas de descalcificación, una condición muy común entre las mujeres; esto continuó por ocho años antes de que se decidiera tratar de manera efectiva su condición.
“Me daba mucha tristeza y mucha vergüenza, pero por poco mi familia me convenció de ir con un especialista para que me hicieran una prótesis dental”, comenta Luz.
Cuando llegó con la especialista en Odontogeriatría, la Dra. Ana Cecilia Fernández recibió a Luz, quien portaba un cubrebocas. La doctora intuyó que se trataba de otro problema de salud, pero la realidad de Luz es que se apenaba tanto de su aspecto que evitaba mostrar su boca, incluso a su esposo.
El caso de Luz es uno de los tantos presentados en el estudio “Percepciones Latinoamericanas sobre pérdida de dientes y autoconfianza” realizado por Corega, dentro del cual se encuestó a 600 personas de países de América Latina, incluyendo México. El reporte devela que el 39% de los mexicanos encuestados sienten que la pérdida de dientes tuvo un impacto negativo en su sonrisa, y el 32% perdió confianza en sí mismo.
Después de que Luz atendió su condición como era debido, con ayuda de una prótesis, su vida dio un giro de 180 grados, y esto la impulsó a seguir con sus estudios y la inspiró a trabajar con adultos mayores. Hoy, Luz se dedica a cuidar personas de la tercera edad, y con base en su experiencia, los motiva a mejorar su salud bucal.
“A los adultos de la tercera edad les muestro cómo me veo sin mi prótesis, para que ellos mismos vean el cambio en mi sonrisa y mi actitud, y se animen a ponérsela y cuidarla,” comenta Luz.
Si bien la sonrisa puede vincularse con aspectos más estéticos, sus protagonistas, las piezas dentales, también cumplen una función humana elemental: la alimentación. El estudio muestra que el 34% de los encuestados mexicanos sienten que la calidad de su alimentación se ha visto perjudicada tras la pérdida dental, y el 56% no puede masticar correctamente.
Tener un diente roto, o no contar con una pieza a que el hueso o nervio quede expuesto, afecta la forma de masticar y puede causar daños en el sistema digestivo, aseguró la Dra. Fernández. Para que el cuerpo absorba bien los nutrientes, se necesita que la comida esté bien masticada.
“También recibo muchos pacientes que llegan con dolor de estómago, quienes piensan que se debe a problemas de gastritis entre otras cosas,” comparte la Dra. Fernández. “Esto tiene como consecuencia que se traten de la manera incorrecta, con medicamentos que no están atacando el problema de raíz, el cual es relacionado a su salud bucal.”
Especialistas reconocen la importancia de estar informados acerca de la pérdida dental, y sus efectos tanto fisiológicos como a nivel emocional. A diferencia de los huesos, daños en las piezas dentales pueden llegar a ser irreversibles; afortunadamente el mercado de productos de cuidado bucal ofrece una gran variedad de soluciones para cada paciente. Para quienes usan prótesis y desconfían de cómo éstas se adaptarán a su estilo de vida, existen adhesivos y tabletas de limpieza, como los que ofrece la marca Corega, las cuales optimizarán el aspecto y fijación de la dentadura, mejorando exponencialmente la calidad de vida de los pacientes.
“Es muy importante que los pacientes se sientan en confianza con su médico y que acudan de manera periódica con él, ya que entre mejor se conozca al paciente y sus necesidades, se le pueden recomendar productos más adecuados para que vivan su vida plenamente,” concluyó la Dra. Fernández.
Salud 180