Desde hace más de un año, hemos coincidido con la Asociación de Profesores de la Universidad Simón Bolívar (APUSB), en la necesidad de plantear y perfeccionar el Proyecto de Ley de Defensa de la Autonomía Universitaria, ofreciendo una bandera concreta de movilización ciudadana, como de actualización de un diagnóstico y de consenso respecto a fórmulas de futura implementación. Por cierto, la iniciativa la concretamos en reciente sesión de la Asamblea Nacional, por una propuesta inequívoca, pública y notoria de la Fracción Parlamentaria del 16 de Julio.
Nada casual, celebrados los comicios estudiantiles en la Universidad de Carabobo, con el triunfo holgado de la oposición, el TSJ, artefacto judicial de la dictadura, desconoció los resultados, imponiendo – so pretexto de un amparo – al oficialismo. Obscena como inédita, ordena la apertura de una averiguación penal, obviando la decisión toda una incursión de los grupos violentos, incluido el uso de artefactos lacrimógenos que sólo posee el Estado, y las veleidades bulliciosas de un gobernador que reivindica la gesta, afianzando las simpatías del madurato.
Entonces, nada más oportuna la propuesta gremial y parlamentaria de un instrumento movilizador. No obstante, deseamos llamar la atención sobre la autoridad y fuerza moral que comporta un combate de características históricas.
Por ejemplo, a nuestro modo de ver, existe un magnífico testimonio de entereza y persistencia del estudiantado que no se deja arredrar por la agresión sistemática del régimen, como tampoco ocurre con el corajudo profesorado de acuerdo a las posiciones esgrimidas por William Anseume, encabezando la APUSB, y por Pablo Aure, decidido Secretario de la Universidad de Carabobo. Distinto es el caso de Gabriela Ramírez, cuya conversión estimamos, pero – otrora Defensora del Pueblo – fue quien interpuso el recurso ante el TSJ impidiendo a la Universidad Central de Venezuela colocar unas humildes puertas para intentar el aminoramiento del hampa común: se pasea, como si nada, en cada acto opositor, pero – eso, sí – no se atreve a sentarse en Tierra de Nadie a cualesquiera horas.
La autonomía ha sido violentada por distintas vías y modalidades, añadida las incursiones musicales de la alcaldía menor en territorio universitario, contratando y llevando a Desorden Público, tiempo atrás, sin exhibir autorización alguna, como la explosión de artefactos que produjeron daños en sendas obras de artes, o el famoso asalto a la escuela de Sociología que, además, dejó emblemáticas fotografías de la ruindad de una dictadura. Ante todo, es importante reivindicar la autoridad moral que ostentamos y también prodigamos en medio del esfuerzo de liquidación de la misma noción de universidad que acometen los ágrafos del poder establecido.
Luis Barragán / Diputado de la AN / @LuisBarraganJ