La confusión creada por la decisión de un juez de la corte suprema que pudo haber liberado de la cárcel al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva ganó ayer los titulares de la prensa brasileña, que puso de relieve una situación de “anarquía jurídica”.
Lula, que purga una pena de 12 años y un mes de cárcel en Curitiba (sur) por corrupción pasiva y lavado de dinero, entrevió el miércoles la posibilidad de ser liberado, gracias a una decisión firmada por el juez de la corte suprema Marco Aurélio Mello. El magistrado ordenó la liberación de los detenidos condenados en segunda instancia pero cuyos procesos aún no fueron resueltos en instancias superiores. Es el caso del exmandatario de izquierda (2003-2010), condenado en segunda instancia en enero de este año.
La decisión de Mello fue suspendida poco después, a pedido de la fiscalía general, por el presidente del STF, José Antonio Dias Toffoli, poniendo fin a cinco horas de incertidumbre jurídica.
AFP