El 6 de diciembre de 2015, la oposición obtuvo una victoria en la Asamblea Nacional que parecía indestructible. Con 56.2% de los votos lograron 112 curules, y ganarle al chavismo por primera vez desde 2007, cuando se planteó reformar de la Constitución. Tres años después, solo 25.3% de los venezolanos consideran favorable la gestión de un poder legislativo que ha sido bloqueado por el Ejecutivo y el poder judicial, de acuerdo con el último estudio realizado por la encuestadora Datanálisis.
Más de 70 acuerdos y seis leyes se han aprobado en el seno del Parlamento bajo la directiva de Omar Barboza, Julio César Reyes y Alfonso Marquina, pero no ha sido suficiente, según el testimonio de los diputados. En el informe de gestión, el presidente de la AN Omar Barboza dejó claro que las atribuciones constitucionales se vieron signadas por dificultades que se habían observado en años anteriores, tales como las limitaciones producto del desacato y la falta de recursos para atender los gastos de funcionamiento del Palacio Federal Legislativo y de su sede administrativa.
También ha hecho falta unidad; la misma que lograron para alzarse con la mayoría de las curules en 2015. El diputado Carlos Valero (UNT) expuso a El Pitazo que, por ser los referentes de la oposición, deberían ser los primeros en tener unidad de propósito y de acción, y sobre todo están llamados a promover la humildad en el seno opositor. En 2018, la división y los desencuentros en una Asamblea opositora al gobierno de Maduro quedó en evidencia. Aunque las primeras fracturas dentro de la Mesa de la Unidad Democrática se registraron el año pasado con la conformación de la fracción 16 de Julio y Prociudadanos, durante estos últimos 12 meses las fisuras se han profundizado.
La primera se notó en el mes de abril cuando los parlamentarios Chaím Bucarán (UNT), Kerrin Mavarez (AD), José Sánchez Mazuco (UNT), Timoteo Zambrano (UNT), Melva Paredes (UNT), Adolfo Superlano (UNT), Maribel Guédez (UNT), Mary Álvarez (UNT), José Antonio España (PJ) y Freddy Castellanos (Gente Emergente) se unieron a Prociudadanos, que es liderado por Leocenis García.
Pero casi al mes, Zambrano, Álvarez, Paredes, Guédez y Superlano se separaron nuevamente y fundaron otra fracción denominada Cambiemos, que en julio se incorporó a su vez a la fracción Concertación por El Cambio que creó Avanzada Progresista. Esta fue la cuarta fractura de la fracción de la unidad.
Por tener diferentes posturas sobre la participación en la elección de los concejos municipales que se realizaron el pasado 9 de diciembre, los parlamentarios José Gregorio Aparicio y España salieron de Prociudadanos y se unieron a Concertación.
El desencuentro también se ha visto en los debates. El 22 de mayo, la fracción 16-J pidió llenar la vacante presidencial, luego de que el Tribunal Supremo de Justicia en el exilio declarara que existían méritos suficientes para enjuiciar a Nicolás Maduro por actos de corrupción, sin embargo, no lo incluyó en el debate. Posteriormente, en el mes de octubre, hubo diferencias cuando esta misma fracción solicitó en varias ocasiones que se declarara persona non grata al ex presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero. La falta de acuerdos originó que la sesión del martes 30 de octubre se suspendiera. En ese momento, los diputados de Primero Justicia aseguraron que la AN no tenía facultades para cumplir con esa petición, pero llevarían el tema a un debate más profundo. Así fue como en la sesión próxima, del 6 de noviembre, con la votación dividida declararon inadmisible la mediación del ex mandatario en la crisis que enfrenta Venezuela.
La sesión del 13 de noviembre fue la gota que rebasó el vaso para La Causa R. Ese día se declaró inconstitucional el nuevo mandato de Maduro. La Causa R se abstuvo de votar porque había conocido tarde el documento, mientras que 16-J argumentó que ese acuerdo llamaba a un proceso de negociación, en el cual ellos no confían. Al día siguiente, Américo De Grazia (LCR) informó formalmente sobre la separación de la fracción de la unidad. En su opinión el acompañamiento internacional como elemento para propiciar la salida de Maduro se puede comparar con una carta al Niño Jesús. Esa fue la quinta pérdida de la MUD.
El Pitazo