Sus propiedades antibacteriales son ampliamente conocidas. El nivel de humedad de la miel es bajo, no tiene casi agua. Por tanto, no se fermenta, lo que ayuda a combatir los microbios y las bacterias. Es muy recomendada para paliar afecciones respiratorias, heridas tópicas o cicatrices, desinflamante y antialérgico.
Tiene minerales. El color de la miel va desde muy clara hasta casi negra y esto cuenta la historia de los minerales que la componen. Las mieles oscuras son ricas en fenoles y antioxidantes.
Ayuda a combatir el insomnio. Es un remedio natural para conciliar el sueño. Tomar una cucharadita de miel antes de dormir te ayuda a vencer la fatiga del día.
Es antiinflamatoria. Su efecto sobre las afecciones de la piel la convierte en una aliada perfecta para las pequeñas quemaduras en la cocina. Incluso, es coadyuvante en el tratamiento casero del acné, ya que reduce el enrojecimiento y seca los granitos.
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