Para los venezolanos realizar las tradicionales hallacas será una carrera de obstáculos por la hiperinflación y las fallas de abastecimiento de los rubros necesarios para su preparación.
Para hacer unas 50 hallacas sencillas, hoy en día las familias necesitan disponer de, mínimo, 52.619 bolívares soberanos, 400.000 % más que hace un año, cuando gastaron 12,67 bolívares bolívares soberanos (1,2 millones de bolívares fuertes). Sobre la base de ese presupuesto, una hallaca cuesta 1.056,38 bolívares soberanos, cuando hace 12 meses representaba 0,25 bolívares soberanos, un salto de 422.000 %. Y este monto subirá en pocos días, debido a que la inflación semanal supera el 30 %, según las firmas económicas.
Entre los 19 artículos necesarios para dicha preparación, pasas aceitunas, encurtidos, pimentón, ajoporro, cebollín y el kilo de gallina entera destacan como los más costosos de la lista. El precio de cada ingrediente se ubica por encima de 1850 bolívares soberanos y puede llegar hasta los 8000 por kilo, lo que dependerá del lugar donde se compre: mercados municipales (Guaicaipuro y Quinta Crespo) o supermercados (Central Madeirense y Unicasa).
Por lo tanto, comprar los ingredientes con bastante anticipación, hacer harina con maíz o plátano para evadir la escasez, agregar guiso de caraotas, eliminar las carnes de la receta, convertir las hallacas en un plato vegetariano o preparar pocas docenas son, apenas, algunas de las opciones para quienes desean celebrar una tradición impagable para el grueso de la población.
Entre tanto, el ajo, la cebolla, el tomate, el ají dulce y el onoto se ofrecen entre 500 y casi 1.100 bolívares soberanos, montos nada despreciables respecto al ingreso mínimo mensual que, a partir de diciembre, pasará a Bs. S. 4.500, según declaraciones de Nicolás Maduro.
Debido a las regulaciones de precios, la escasez de harina, aceite, carnes rojas, gallina y pollo es otro factor de dificultad. Problemas que aumentaron con el recrudecimiento de los controles anunciado por el Gobierno esta semana. De hecho, el Ejecutivo indicó que ocupará, por 180 días, 21 mataderos, lo que incidirá más en las fallas de suministro de carne.
Quienes se decidan a hacer hallacas tendrán que efectuar largos recorridos.
En los supermercados, la oferta de aceitunas, alcaparras y pasas, específicamente, es nula o muy baja mientras que en los mercados municipales se ofrecen hojas, verduras y guisante, pero las carnes y el pollo aparecen esporádicamente. Para los comerciantes, esto hace disminuir la cantidad de los clientes que visitan el mercado y que prefieren conseguir todo en un solo lugar.
Aunque que le toque reducir la cantidad de carne, eliminar el pernil y el pimentón de la receta, María Flores celebrará la Navidad con hallacas. Será necesario que sus cuatro hermanos y ella aporten económicamente, pero ello no será un impedimento. Flores considera que no dejará de hacer algo que ya es tradición para ella, aunque solo sea para comer 24 y 31 de diciembre.
Sobre esto, la psicóloga y magister en coaching, Siboney Pérez, afirma que conservar este tipo de tradiciones es una forma de sentirse mejor que pueden experimentar los venezolanos. Señala que, en medio de la crisis, los rituales, la gastronomía y otras costumbres agregan sentido de identidad y seguridad emocional al individuo. “Las tradiciones nos ayudan a darnos anclaje y estructura en tiempos difíciles”, agrega.
Pérez aconseja a los venezolanos mantener una disposición positiva hacia los encuentros familiares y de celebraciones a pesar de la situación económica. Afirma que esto tendrá resultados químicos en el cuerpo, capaces de evitar depresiones y desánimos en un contexto donde se cree “que les han arrebatado todo”.
Crónica Uno