Las familias del equipo periodístico ecuatoriano secuestrado y asesinado en abril pidieron hoy a Colombia y Ecuador no considerar la muerte del disidente de las FARC alias “Guacho” como “un trofeo” y lamentaron que su desaparición supone un obstáculo para llegar a la verdad.
“Invitamos a los dos países a no mirar la muerte de alias “Guacho” como un trofeo de guerra, sino como la posibilidad de hacerse cargo de sus territorios”, explicó en una rueda de prensa Yadira Aguagallo, pareja del fotógrafo Paúl Rivas, uno de los tres integrantes del equipo del diario quiteño El Comercio asesinados por miembros del Frente Oliver Sinisterra, que lideraba el disidente.
Walter Patricio Arizala, alias “Guacho”, al frente de una sanguinaria disidencia de las FARC y responsable del secuestro y asesinato de cinco civiles y cuatro militares ecuatorianos, murió el viernes en un operativo de las fuerzas de seguridad colombianas en el departamento de Nariño, limítrofe con Ecuador.
Así lo anunció el presidente de Colombia, Iván Duque, extremo del que fue informado el Ejecutivo ecuatoriano, que reconoció y agradeció “la acción de las fuerzas del orden de Colombia”.
Los familiares del equipo periodístico acogieron la noticia con pesar y censuraron la pérdida de vidas humanas.
También llamaron a las fiscalías de ambos países “a no pensar ni a empezar a enarbolar argumentos que permitan, o el cierre de las investigaciones, o que consideren solamente a alias Guacho único responsable del secuestro y asesinato” de los periodistas y civiles, abundó Aguagallo.
“Aquí hay una verdad procesal que necesitamos encontrar y esa verdad tiene que ser dictaminada por un juez”, remarcó antes de reiterar la necesidad de que “se investiguen todas las responsabilidades en todos los niveles” y se abran nuevas líneas de investigación sobre el caso “y no se considere que la muerte de alias Guacho es el punto final”.
Por su parte, Ricardo Rivas, hermano del fotógrafo asesinado dijo que los familiares reconocen “el trabajo que ha venido desarrollando la Fiscalía de Colombia y el Gobierno colombiano respecto a estas capturas”.
Pero lamentó que con la muerte del Arizala, “se va mucha información que puede haber sido muy importante para el esclarecimiento del caso y llegar a la verdad del mismo”.
Galo Ortega, padre del reportero asesinado Javier Ortega, se quejó en la comparecencia de que “todo ha venido de Colombia” y que “el Gobierno ecuatoriano (se quedó) cruzado de brazos esperando la noticia”.
El periodista Javier Ortega, el fotógrafo Paúl Rivas y el conductor Efraín Segarra desaparecieron el pasado 26 de marzo en un sector de la frontera entre Ecuador y Colombia, cuando investigaban la situación de violencia en la zona.
El 13 de abril las autoridades ecuatorianas confirmaron el asesinato del equipo y lo atribuyeron al grupo liderado por alias “Guacho”, que poco después replicó el modus operandi con una pareja de civiles ecuatorianos secuestrada en abril cuando se desplazaba por la frontera.
Otros cuatro soldados ecuatorianos perdieron la vida este año en la zona fronteriza con Colombia, en agresiones armadas atribuidas a su grupo delictivo.
El Carabobeño