Horas de vuelo. Por Luis Barragán (@LuisBarraganJ)

Los ya antiguos viajes presidenciales, por cortos que fuesen, privaban por varios días en los medios de comunicación para toda suerte de críticas, favorables o no. Desde una revisión de las relaciones bilaterales en el parlamento, pasando por el número de los integrantes de la comitiva, hasta por alguna vicisitud que reflejara la crónica social, compartían la primera plana de los periódicos que, además, defendían el derecho de averiguarlos y de publicarlos.

Pocos días atrás,  se  supo del viaje de Nicolás Maduro a México, con  todo el operativo implementado para exhibirlo y exaltarlo como una venturosa hazaña. López Obrador todavía no se imagina lo lejos que ha llegado la burla de propios y extraños, obsequiándonos unas escenas que el primer psiquiatra de la revolución, pretendiendo engañarnos al auto-engañarse, las creyó de un recibimiento grandioso y caluroso en tierras aztecas.

Luego, en Venezuela, recibimos al mandatario de Turquía, o estará por llegar, nunca se sabe, excepto los grandes pendones de bienvenida que cualquier transeúnte observa en lo que se presume fue o será el periplo por Caracas.  Son  tantas las urgencias a atender que muy pocos reparan en tan intrascendente visita, pues, asuntos como el del trigo turco, es cosa del personal especializado en las artes del “fiao”.

El viaje intermedio a Rusia, ya es cosa olvidada. Por más que digan redoblar y celebrar otros convenios, no el mundo sabe de un llamado al botón para que paguemos lo que se debe con creces. No fue otro el motivo de la citación a Moscú, entendido un literal disgusto de Putin, quien muy bien pudo pasar por Caracas al regresar de la reunión del G-20, realizadaen Buenos Aires.

No hay política exterior en Venezuela, porque – sencillamente – no está sujeta al control político de la Asamblea Nacional, ni al escrutinio de la opinión pública. Esta “diplomacia de los pueblos”, como dijese Chávez Frías, prodigando sus incansables eufemismos, sólo es asunto de la supervivencia de la camarilla en el poder, quien acumula demasiadas millas de vuelo  para subastar lo que  nos queda, en aras de su supervivencia. Por supuesto, nadie encontrará esta y otras facetas en “Las venas abiertas de América Latina” de Galeano.

Luis Barragán / Diputado de la AN / @LuisBarraganJ

Entérate al instante de más noticias con tu celular siguiéndonos en Twitter y Telegram
Suscribir vía Telegram

Lea también

Le puede interesar además

Loading...

Tu opinión vale...