Durante las fiestas nos pasamos entre villancicos, arbolitos de Navidad, regalitos de Papá Noel, reuniones familiares y comidas típicas de la fecha. Sin embargo, hay países donde la Nochebuena se vive un poco distinto.
En Nochebuena, las mujeres solteras de República Checa se quitan uno de sus zapatos y lo arrojan de espaldas a la puerta sobre sus hombros. Si cae con la punta hacia la puerta se supone que quien lo arrojó se casará en el año venidero; si por el contrario es el talón del calzado el que apunta a la puerta la tradición dice que el siguiente año se quedará soltera.
Otras costumbres propias de la República Checa, además de las tradiciones religiosas, es colocar una escama debajo del plato en la mesa de Navidad para atraer felicidad y dinero en el próximo año.
En Noruega, cuenta la leyenda que en vísperas de Navidad los espíritus diabólicos y las brujas campan a sus anchas por las calles. Por eso esconden sus escobas antes de irse a dormir, para evitar que sea utilizada por estos personajes. Y solo los más valientes salen a la calle disparando hacia el aire para ahuyentarles.
La ‘notte di Capodanno’, el Año Nuevo para los italianos, es celebrado en Italia con una tradicional cena donde las lentejas son el menú imprescindible para llamar la buena suerte.
Esa noche, las mujeres reciben como regalo lencería roja que, supuestamente, atrae fortuna en el nuevo año. Y, en algunos lugares como Roma y Nápoles, es tradición también lanzar trastos viejos por la ventana, una alegoría de terminar con el pasado.
En Austria además de Papá Noel existe Krampus. La mitología dice que es una figura demoníaca con cuernos, una lengua muy larga y una cesta que rapta y asusta a los niños que no se han portado bien durante el año, en contraste con San Nicolás, quien premia a los niños buenos con regalos.
Nochebuena es el día de los ‘Sternsinger’ o cantantes estrella en Alemania. Se trata de un grupo de cuatro personas, tres vestidos de Reyes Magos y un último como portador de la estrella, que va cantando villancicos por todas las casas para recaudar dinero para los más necesitados. Una vez finalizado los cánticos en cada vivienda, escriben con tiza sobre la puerta de la misma. La tradición es no borrar estas marcas hasta que lo hagan por sí solas o tendrá mala suerte.
Irlanda es un país bastante supersticioso. Sin duda una de las más destacadas es la de tirar trozos de pan contra las paredes para ahuyentar la mala suerte.
Correo del Orinoco