La Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, recalcó hoy el trabajo que están haciendo para que su oficina pueda volver a enviar misiones a Venezuela y Nicaragua.
Bachelet, en un acto sobre el 70 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos que se celebró en Madrid, reconoció que en América Latina “tenemos realidades complejas”, entre las que destacó los flujos migratorios, y subrayó el apoyo de su oficina a los gobiernos para que tomen medidas legales adecuadas.
Sobre Nicaragua, la Alta Comisionada recordó que la misión de su oficina fue expulsada el pasado verano tras presentar un informe sobre la ola de violencia que afectó a ese país desde abril pasado y que ha causado varios cientos de muertes (más de 400 víctimas según la oposición y la mitad según las autoridades).
Añadió que han mantenido conversaciones como el ministro de Relaciones Exteriores “y le hemos señalado que estamos disponibles a volver, de acuerdo a las condiciones que se fijen”.
“Hemos recibido una carta de ellos invitándonos a conversar para que podamos volver”, detalló Bachelet.
Una situación parecida describió sobre Venezuela, ya que recordó que ha recibido una invitación del presidente Nicolás Maduro “para que visite Venezuela” e incluso habló recientemente con el canciller, Jorge Arreaza, “para mirar cuándo y en qué condiciones” su oficina puede volver a ese país.
“Puede ser una misión de primera mano de la oficina que pueda generar una visita mía para mirar el tema de los derechos humanos”, explicó Bachelet.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) lleva varios años sin poder enviar misiones a Venezuela debido a que las autoridades no han autorizado las visitas.
La representante de este organismo para América del Sur, Birgit Gerstenberg, señaló el pasado viernes en Santiago que una posible visita de Bachelet a Venezuela debe tener “condiciones claras” para que pueda reunirse con “todos los actores” de la crisis en ese país.
Michelle Bachelet recordó también que su oficina ha estado involucrada en cuestiones migratorias, como la oleada de venezolanos que dejaron su país con destino a naciones limítrofes e incluso a algunas de América del Sur.
Y agregó que también han trabajado con la caravana de migrantes centroamericanos en Tijuana (México).
Bachelet consideró que en la cuestión migratoria “hay mucho populismo” porque se ve “como una amenaza”.
Por ello, lamentó que el Gobierno de su país, Chile, no se haya sumado al pacto migratorio global que ayer se firmó en Marrakech (Marruecos), aunque confió en que se una en un futuro.
Recordó que Chile es un país de inmigración, antes europea (no dejó de señalar que ella misma es bisnieta de emigrantes franceses) y actualmente latinoamericana, primero de Bolivia o Perú y ahora de Venezuela, Colombia, o Haití.
También apoyó la decisión del nuevo presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, de crear una Comisión de la Verdad sobre el caso de los 43 estudiantes desaparecidos en 2014 y señaló el trabajo de su oficina en asuntos como los asesinatos de periodistas en México o Colombia, y en este último país también de antiguos miembros de las FARC desmovilizados.
Sobre Brasil, indicó que “estaremos atentos a seguir el desarrollo de los acontecimientos” tras la toma del poder, en enero, del nuevo Gobierno encabezado por el ultraderechista Jair Bolsonaro.
EFE