El cantautor argentino – venezolano Ricardo Montaner confesó, en entrevista con Infobae desde el país austral, que reza todos los días para que Dios perdone a Nicolás Maduro pero que se vaya del poder. Reconoció, con dolor, que “nos va a llevar dos generaciones reconstruir Venezuela”.
“Yo le diría a Maduro que yo he orado por él. Honestamente te lo digo. He rezado por él como oré por Chávez en alguna oportunidad (…) Y he orado por él porque Dios tenga en algún momento misericordia con él. Y he orado obviamente para que él entre en razón y se dé cuenta que se tiene que ir. Y he orado porque cuando haya un desenlace el desenlace no traiga como consecuencia más muertes alrededor”, sostuvo.
Sin embargo remató diciendo: “Yo oro por la paz en Venezuela todos los días. Pero no hay que quedarse en la oración, hay que activarse”.
En su larga entrevista realizada por el periodista Luis Novaresio comentó acerca de su infancia, su carrera profesional, sus amores, el dolor y el destierro de Venezuela. A continuación le colocamos fragmentos de sus confesiones.
¿Lloraste llegando a Venezuela?
—Lloré yéndome. Llegando no porque era una aventura y acuérdate que era un niño. Recuerdo que llevé en vano mis bolsillos llenos de piedras jurando que podía bajar el vidrio del avión para tirar las piedritas para abajo. Viste esas cosas que se les ocurren a los niños. Llegué a Venezuela con la misma cantidad de piedras que me había llevado.
¿Te acordás del momento exacto cuando tu papá te dijo nos tenemos que ir?
—Me acuerdo que hubo un amigo de mi papá que llegó a la casa, llegó ahí y le dijo a mi padre tenemos una oportunidad de trabajo en el exterior. La especialidad de mi papá eran las telecomunicaciones. Y le dijo tenemos oportunidad de irnos a vivir a Venezuela, a trabajar en Venezuela con un contrato. Y mi papá dijo bueno, dime qué hay que hacer. Nosotros teníamos una despensa, un abasto, se llamaba despensa “Mi sueño”, ahí en Pilcomayo con Quirno Costa en Caraza. Y de eso vivíamos muy humildemente. Cuando le llegó esa oportunidad a mi papá cerramos todo, papá se fue primero y nos vino a buscar a los seis meses y nos fuimos con él a vivir en Venezuela.
¿Qué es el éxito Ricardo?
—Esto, estar hablando contigo en una redacción muy importante y poder hablar de todo un poco. Éxito es eso. Dormir tranquilo, llegar a casa y conciliar el sueño. Sentirte satisfecho con lo que has hecho, con lo que están haciendo tus hijos, tu familia. Eso es éxito. Tener salud.
¿Cuántos años hace que estás con Marlene?
—Vamos a cumplir 30 en agosto del año que viene. Nos vamos a casar de nuevo. Vamos a ir a Santorini. Vamos a invitar a los amigos, a la familia.
Y en estos tiempos de amor líquido, de relaciones líquidas, que todo es rápido, urgente: ¿el amor para toda la vida existe?
Es que así es, es lo normal. Lo anormal es lo otro. Lo anormal es que el matrimonio primero de lejos, ni de broma, vivamos juntos como si no fuera lo mismo, creyendo que porque no nos casamos no tenemos la misma responsabilidad entre nosotros. Yo sí creo en el matrimonio, no solamente como institución sino como creo que el matrimonio es la verdadera consolidación de un ser humano.
Después de 40 años de profesión: ¿cuál es tu sueño?
—Siento que nosotros como familia tenemos cosas que decir y creo que uno de los sueños es consolidar una idea que tenemos como familia de tener nuestro propio programa de tele algún día en donde la gente vea cómo vivimos y que vea que se puede ser feliz y que no necesariamente es caro ser feliz.
¿A quién admiras Ricardo?
—A mi mujer admiro mucho. Creo que ella tiene una capacidad de manejo de situaciones de la familia. Admiro mucho a mi mujer. Y admiro a mis colegas sabes, a los que hacen lo que hago yo, los admiro. Porque sé lo que les cuesta, sé cuánto hay de sacrificio en cada vida de esas. Sé lo que les cuesta estar arriba del escenario, es el premio, pero sé lo que cada uno sufre en ausencias o sacrificios para poder llegar allá arriba.
¿En qué momento, para mi glorioso, de tu vida estás?
—Este tipo de cosas que estoy haciendo ahora en La Voz, en tres países, y que he hecho en Idol varias veces y en un formato parecido que se llamaba Cantando por un sueño, en México; me acerca mucho a la gente. Me permite sembrarle a la gente un poco más que música solamente y permite que la gente me conozca un poco más adentro. Entonces en qué momento estoy, estoy en ese momento. En el momento en que puedo un poco dar vuelta lo que tengo adentro y que la gente lo pueda conocer ¿no?
¿Cuánto hace que no volvés a Venezuela?
—Desde que Maduro entró.
¿Extrañás?
—Pero la Venezuela que extraño no está. La Venezuela que yo extraño en lo físico obvio, sí, hay contrastes maravillosos, un país de contrastes enormes, nieves, montañas, playas, desierto, hay de todo. En lo tangible sí hay cosas que… Pero ya la gente, el pueblo ese, alegre, ya no está. El que no ha muerto de mengua ha muerto de desnutrición o por la violencia en la calle, miles de personas mueren semanalmente por la violencia. Y Venezuela está en la diáspora ahorita, Venezuela no queda ya en Caracas o en… Ahora Venezuela queda en todos lados. Inclusive queda en Argentina. Donde queda en Colombia también queda. Perú, en España.
Infobae