Una investigación que comenzó Estados Unidos en 2015 contra los empresarios zulianos Roberto Rincón y Abraham Shiera consiguió la captura de ambos ese mismo año, por presuntamente haber incurrido en la comisión de 19 delitos relacionados con la red de sobornos y desfalcos que enfrenta Petróleos de Venezuela (Pdvsa).
Rincón y Shiera firmaron un acuerdo de cooperación con la justicia estadounidense, por lo que admitieron su responsabilidad en el pago de sobornos para obtener contratos con Bariven SA, una empresa filial de la estatal Pdvsa.
La magistrada Nancy K. Johnson expuso en la orden de arresto contra Rincón en 2015 que “entre 2009 y hasta 2014, más de 1.000 millones de dólares fueron rastreados en relación con esta conspiración”.
En junio de 2016 ambos empresarios se declararon culpables de varios cargos, entre esos, por violar la Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero. La sentencia que ha sido postergada cuatro veces, sería dictada el 21 de febrero de 2019 por la Corte Federal de Houston.
La investigación en EEUU generó que se iniciara una interna en Pdvsa. La industria petrolera acusa a Roberto Rincón y Abraham Shiera de apropiarse de 500 millones de dólares de la estatal junto a otros empresarios.
Un reportaje de El País de España, reveló que de 48.000 contratos examinados en el periodo comprendido entre 2009 y 2015 un total de 2.562 fueron a empresas de Roberto Rincón y Abraham Shiera. Las irregularidades se detectaron en Bariven S. A.
Bariven, que opera como subsidiaria de Pdvsa, se dedica a la adquisición de todo tipo de maquinaria que se utiliza para los procesos de exploración y extracción de petróleo y gas natural de la estatal, de acuerdo a ISI Emerging Markets, un portal de información sobre mercados emergentes.
En una querella de Pdvsa se lee lo siguiente: “En la totalidad de los 79 expedientes auditados se han encontrado mecanismos de defraudación, incluyendo la incorporación en paneles de varias empresas relacionadas y sobreprecios de los materiales y bienes otorgados a empresas conexas a Rincón y Shiera, lo que desvela el sistemático modus operandi de la trama para la adquisición fraudulenta de procuras (contratos)”.
La averiguación de Petróleos de Venezuela, actualmente dirigida por Manuel Quevedo, señala que los directivos de Bariven “invitaban a diversas empresas de la organización criminal, muchas de ellas ficticias, para que presentasen ofertas y aparentar que la licitación era competitiva, pero en realidad se trataba de un grupo de empresas controladas por el mismo grupo de personas”.
La querella incluye nueve casos de licitaciones que obtuvieron las sociedades ocultas de ambos empresarios. Las desviaciones millonarias entre el precio de las adjudicaciones y los sobreprecios, en algunos casos, alcanzaron los 12 millones de dólares.
El negocio que mantenían Rincón y Shiera para hacerse con dinero del Estado venezolano, cambiaba las condiciones técnicas de licitación a su conveniencia. También se conoció que entregaban información confidencial, falseaban la documentación de las ofertas o adelantaban pagos de Pdvsa a sus empresas fantasmas. La estatal los acusa de pagar comisiones de hasta el 10% de cada contrato a exempleados que les ayudaban a conseguir acuerdos ventajosos.
La corrupción que envuelve a Pdvsa se ha convertido en una red transnacional que no solo incluye a empresarios, sino también a exministros y expresidentes de la compañía. Las aprehensiones e investigaciones que lleva a cabo EEUU han presionado a Venezuela a que haga algo contra estos delitos, que han contado con la venia de las autoridades.
En noviembre de 2017 la Fiscalía venezolana apresó a el exministro de Petróleo Eulogio Del Pino y al expresidente de Pdvsa Nelson Martínez, por estar presuntamente involucrados en hechos de corrupción. Era la primera vez que la nación apresaba a funcionarios de tal rango. Sin embargo, hasta ahora se desconoce el avance de estos casos, dónde fueron sentenciados y en qué lugar están actualmente recluidos. El desfalco a la que una vez fue la mayor exportadora de crudo de la región supera los miles de millones de dólares.
Tal Cual