Durante una entrevista este martes el activista venezolano de derechos humanos Lorent Saleh, de 30 años, exiliado en Madrid, instó al gobierno español a liderar la presión de la Unión Europea (UE) sobre el gobierno de Nicolás Maduro porque considera que dicho país es «demasiado prudente».
El activista llegó el pasado 13 de octubre procedente de Caracas.
¿Por qué lo liberaron?
Me expatriaron, me quitaron mi patria. Además, uno no termina de ser realmente libre cuando tus compañeros quedan presos, tu tierra está subyugada y no puedes regresar.
¿Conserva la nacionalidad venezolana?
No lo sé, no tengo nada, me sacaron con un papel del gobierno de España, un salvoconducto, pero me quitaron todos los documentos.
¿Por qué lo dejaron salir?
Quizás, entre otras cosas, por la razón por la cual me detienen, y es la presión internacional.
¿Puede explicarse?
Cuando me detienen (en Colombia en 2014 para entregarlo a Venezuela) había una América Latina distinta, una OEA con José Miguel Insulza (como secretario general), una Colombia con Juan Manuel Santos (de presidente), aliado de Maduro para poder firmar el proceso de paz (con las FARC) un Estados Unidos distante a la realidad latinoamericana, una España que le vendía armas a Venezuela.
¿Y ahora, se ha producido algún cambio?
Esa realidad cambió, es una dictadura quebrada, debilitada, rodeada. Ha perdido completamente la legitimidad y tiene una presión internacional importante. Y una América Latina, impulsando las investigaciones de crímenes de lesa humanidad cometidos en Venezuela.
¿Por qué va a España?
Me entregan a España quizás para buscar algo de oxígeno, en un momento donde se está buscando que Europa avance en acompañar las investigaciones en la Corte Penal Internacional (CPI), que la UE bloquee las cuentas de todos estos corruptos y criminales venezolanos. Y para ver si España trata de frenar un poco ese avance de la UE en contra de la dictadura.
Hubo un papel muy importante de medios de comunicación, mi familia, abogados, la UE Muchas cosas se alinearon, como el asesinato de Fernando Albán, y esa necesidad de ocultar algo que siempre pasa, pero esta vez se supo.
(El concejal Albán murió cuando se encontraba bajo custodia del servicio de inteligencia venezolana. Según la fiscalía, se arrojó al vacío desde un piso décimo).
¿Fue fundamental la gestión del gobierno español?
Totalmente, estoy muy agradecido.
¿Cuál es su situación en España?
Estoy en solicitud de asilo político.
¿Se define como opositor al chavismo?
Me opongo a la tiranía, justamente porque soy activista en derechos humanos.
¿Y cuál es la salida efectiva?
Desde la Declaración Universal de Derechos Humanos, se empezaron a desarrollar mecanismos internacionales de justicia.
En Venezuela hay un genocidio en marcha. Y hay estamentos internacionales, una norma internacional y tribunales internacionales.
¿Qué tiene que pasar?
Primero, que la comunidad internacional haga valer y que sean efectivos esos mecanismos internacionales. No es un tema doméstico de Venezuela, es del mundo.
Esa dictadura no hubiese tomado sus dimensiones si la comunidad internacional no se lo hubiese permitido. Si no la hubiesen financiado comprando petróleo, si no le hubiesen vendido armamento.
La comunidad internacional tiene que sancionar individualmente a los responsables de crímenes e impulsar las investigaciones en la CPI (Corte Penal Internacional).
¿Qué puede hacer España?
Se lo dije al canciller español, Josep Borrell: No se necesitan fragatas ni buques ni aviones para sacar a la tiranía, se necesita un teléfono y voluntad política. Y eso es lo que ha hecho falta, mayor determinación y voluntad política para sacar a la tiranía.
La presión es creciente, pero Maduro resiste.
Creciente, pero muy lenta. España tiene gran responsabilidad porque pareciera ser hoy una de las ventanas de oxígeno del régimen. España debe ser la primera en proponer más sanciones, en acompañar las investigaciones en la CPI.
¿Es España demasiado prudente?
España está siendo demasiado prudente, por eso aliento a que asuma su liderazgo en Europa y la responsabilidad de frenar la tiranía. La solución no es el asilo, es acabar con la crisis en Venezuela.
¿Pero se necesita algo más?
En paralelo, se requiere el apoyo a la oposición democrática para que se pueda consolidar una alternativa política. Es difícil que nosotros solos podamos hacerlo cuando la mayoría de los líderes están en el exilio o presos.
Caraota Digital