Venezuela, a la espera de un cisma. Por Leandro Rodríguez (@leandrotango)

Los venezolanos, sobre todo los generadores de opinión, han caído en una discusión estéril, hacen creer que la crisis del país es producto de lo electoral y no es así, por tal motivo, quiénes participan achacan la culpa a los abstencionistas y viceversa. Sí bien es cierto, muchos regímenes autoritarios han caído a través de procesos electorales otros no, en Cuba por ejemplo se continúa votando amén de una élite cívico-militar indolente 60 años enclaustrada en poder … todo depende del contexto histórico y de los intríngulis de cada nación.

 

Lo electoral en Venezuela ha muerto, el chavismo comprendió que lo electoral ya no le generaría dividendos después del 6D de 2015, las secuelas de la cubanización del país comenzaron a ser inocultables, los petrodólares comenzaron escasear producto del comportamiento natural del precio del barril y posterior autodestrucción de la Pdvsa roja rojita, por tal motivo, comenzó a confeccionar “procesos electorales” donde candidatos, votantes y resultados cumplan con las necesidades del régimen.

 

Nos guste o no, en la actualidad en Venezuela lo electoral es irrelevante, les contamos; la forma como el chavismo aniquiló la Asamblea Nacional electa por el pueblo, la ilegal manera cómo el gobierno evitó el revocatorio, la imposición inconstitucional, a sangre y lágrimas de la “constituyente”, las destituciones, encarcelamientos e inhabilitaciones de principales figuras opositoras así como de organizaciones políticas, la retención o desvío de recursos a las alcaldía y gobernaciones no afines al Psuv, al igual que la imposición de autoridades designadas a dedo por el presidente de la nación en paralelismo ilegal e ilegitimo a éstas, dan cuenta que el camino electoral se agotó, cumplió su cometido, pese que el régimen se quedó con más del 90% de todas las plazas de poder se deslegitimó abruptamente, dentro y fuera de la nación.

 

Es un romanticismo infantil pensar que el chavismo será sustituido vía electoral cuando él controla a placer toda la institucionalidad de la nación, aún en las naciones dónde el voto derrotó las dictaduras había, en primer lugar, condiciones mínimas de institucionalidad (coyunturales o no) las cuales permitieron el respeto a la decisión del pueblo, en Venezuela no existen. En segundo lugar, factores esenciales que habían sido útiles a estas tiranías llegaron a formar parte del tejido que exigía cambio, no solo en el ámbito político sino económico y militar, fueros cismas que propiciaron la caída de esos nefastos totalitarismos.

 

Venezuela colapsa agónicamente, el chavismo ya lo hizo, se ve obligado recurrir a técnicas populistas salvajes, del pasado, como entrega de comida puerta a puerta, bonos que además de atizar la hiperinflación son una burla a quienes lo reciben, la violencia institucionalizada es la única vía en la que el chavismo cifra esperanzas de retención del poder, aunado al manejo oscurantista de los bienes y riquezas de la nación, por sí fuera poco, penden sobre él presuntas acusaciones de corrupción globalizada, narcotráfico y vínculos terroristas, todo esto agrava su exigua sobrevivencia.

 

El cisma en el gobierno comenzó, figuras protagónicas de esta mentalidad (no es una corriente política) le desertan a diario, posee niveles críticos de reservas de simpatizantes, sectores importantes lo abandonan, a nivel internacional está asediado en un mundo globalizado donde todo se sabe y las consecuencias son veloces e inevitables. Por otro lado, la oposición reacciona a la necesidad/presión de reunificación. En la política no hay fórmulas, solo causas y efectos… a Venezuela no la salvará un desenlace electoral, será algo inesperado.

 

Leandro Rodríguez / @leandrotango

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