A Guaidó lo esperábamos. Por Paciano Padrón (@padronpaciano)

Juan Guaidó es el líder que estábamos esperando. Mis amigos y mis alumnos me han escuchado decir hasta el cansancio -cuando se quejaban de que la alternativa democrática no contaba con un liderazgo claro-que ningún pueblo se queda sin líder, que en el momento oportuno salta a la palestra. Tuve que vencer mil veces la inclinación de la gente a pasar lista del liderazgo social y político, encontrando fallas y errores en todos, haciendo que cada uno quedase rechazado de entre quienes pudiera encontrarse el líder de la hora del cambio. Insistí en que el que no viéramos entonces al líder, no significaba que este no apareciera luego, haciéndose visible a todos. Yo lo esperaba, esperaba a Guaidó.

 

Por supuesto que no habría adivinado el nombre de Juan Guaidó para liderar esta difícil hora, no porque no tenga méritos o le falten arrojo, serenidad, inteligencia y valentía, carisma e inspiración, sino porque se le veía como a uno más de esa camada   jóvenes líderes que están dando y darán mucho por Venezuela. No era fácil verlo fuera de lote. Habiendo sido la juventud la que más perdió en esta tragedia llamada socialismo del siglo XXI, y siendo los jóvenes los que más aportaron y aportan sangre al molino del cambio, bien vale la pena que uno de ellos, savia nueva, conduzca el relanzamiento de Venezuela a la democracia, a su desarrollo y prosperidad.

 

Guaidó es hoy el venezolano que ejerce más influencia en toda la población. Es percibido en el mundo como un inspirado conductor. Se le considera jefe, sabe estudiar y meditar  los escenarios, es paciente y convence a otros a trabajar con entusiasmo para lograr los objetivos definidos.

 

Desde el día en que Guaidó le habló al país en el primer Cabildo Abierto, el pasado 11 de enero, indicó con claridad el respaldo que se requería para que fuese efectiva su juramentación como Presidente Encargado de la República. Dijo no basta con que yo asuma mi responsabilidad interina por virtud del mandato constitucional, al ser Presidente de la Asamblea Nacional. Guaidó estaba en lo cierto, nada ganaba el país con que él asumiera con carácter de Encargado la Presidencia de la República, como lo hizo luego, si no contaba con tres respaldos fundamentales: el del pueblo, el de los militares y el de la comunidad internacional. Hoy el pueblo lo respalda en proporción cercana al 90%, claramente por encima del 80%. La comunidad internacional ha sido generosa en su respaldo a Guaidó, una vez que con el tiempo transcurrido, del 10 al 23 de enero, conoce ahora la norma constitucional y la justeza de nuestras luchas.

 

El respaldo militar existe, si bien no se ha manifestado todavía como deseamos que ocurra y va a ocurrir. Se ha dicho que la Fuerza Armada es leal al régimen, siempre ha sido así, “es leal hasta que deja de serlo”, como ha de verse pronto. Será un respaldo lo suficientemente grande como para que de una buena vez Maduro se vaya y no se siga derramando sangre inocente y joven.

 

El año nuevo nos ha traído un cambio significativo, tenemos un claro y fresco liderazgo, la esperanza ha renacido, la voluntad de lucha está a tono, el apoyo popular y de los gobiernos del mundo juegan a favor, mientras se ha desatado el miedo en la cúpula del régimen, haciéndose visibles los conflictos y distancias entre los cabecillas.

 

Ahora permítanme un nuevo llamado a los dirigentes de las organizaciones sociales y políticas de Venezuela, tanto a los que están en el país como a los de la diáspora. Es la hora de la unidad en la acción, y tiempo de ayudar a fortalecer el liderazgo de Guaidó, en el entendido de que es fundamental para el cambio que está decretado y que pronto vamos a experimentar. El tiempo difícil exige liderazgo regio y firme. Ayudemos a ello. A Guaidó lo esperábamos.

 

Paciano Padrón / pacianopadron@gmail.com / @padronpaciano

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