En pijama, maniatado, amordazado, sin vida y bocabajo en el centro de la sala de su casa en la carrera 25 con calle 34. Así fue hallado a las 5:00 de la tarde de ayer por su hijo menor que fue a visitarlo. El hombre de 84 años supuestamente murió asfixiado tras un presunto robo.
Los familiares en el sitio no querían hablar. Cuentan los vecinos que en la mañana de ayer no vieron al señor salir de su casa, como era habitual. Tampoco vieron a nadie entrar o salir de la vivienda, que era muy concurrida por ser un taller de reparación de electrodomésticos.
Paso el día y nadie sospechó nada en la cuadra. Pero a las 5:00 de la tarde escucharon los gritos de un hombre. Era el hijo menor del octogenario que había hallado a su padre sin vida.
Relató un vecino que el hijo encontró la reja sin llave y desde ese momento presintió lo peor. El cuerpo del señor estaba en medio de la sala. Tenía manos y pies amarrados y vestía pijama, por lo que presumen que el crimen y presunto robo fue temprano.
En la boca tenía amarrado un trapo. A su alrededor no había sangre, así que presumen que el octogenario murió asfixiado. Lo que sí había era desastre. Caja de repuestos abiertas y desordenadas.
Gavetas abiertas y cosas regadas. Parece que revolvieron toda la casa, pero desconocen qué se llevaron.
Lo único que vieron sospechoso los vecinos la mañana de ayer fue una camioneta Silverado color arena que pasó más de cinco veces por la misma calle y se detuvo en aproximadamente tres ocasiones en la esquina, pero nadie se bajaba.
Contó un amigo de la familia que el señor tenía muchos clientes y no era carero, pero que sí le pagaban bien por su trabajo. Recientemente había vendido su vehículo Renault 2017.
También comentaron que recibía muchas visitas de muchachas en la casa.
La Prensa de Lara