Los rescatistas encontraron vivo a un bebé de 11 meses bajo los escombros del edificio residencial, que este lunes se derrumbó parcialmente por una explosión de gas en la ciudad rusa de Magnitogorsk (provincia de Cheliábinsk).
El estado de salud del menor —que sufrió un traumatismo craneoencefálico cerrado y congelación severa— se evalúa como muy grave y los especialistas lo evacuan a Moscú. Los médicos hacen un pronóstico positivo al respecto.
La madre del niño está viva y ya llegó al hospital donde se encuentra su hijo, afirma el servicio de prensa del Ministerio de Emergencias.
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RT Actualidad