República Dominicana derrotó este viernes 5 carreras por 3 a Panamá, pero dependerán del duelo mañana entre los locales y Puerto Rico, eliminado de competencia, para conseguir su pase a la final de la versión 61 de la Serie de Caribe.
La resplandeciente tarde panameña pareció brillar mas con la formidable hazaña de la escuadra quisqueyana de las Estrellas Orientales, dirigida por el exgrandes ligas Fernando Tatís, mientras Los Toros de Herrera, pilotados por Manuel Rodríguez, de la provincia central de Herrera, dieron la batalla, pero al final no les alcanzó.
La fiesta empezó desde la primera entrada cuando un inspirado Gerald Chin recibió base por bola, vendría otro batazo sencillo más mortífero de Allen Córdoba, con el que Chin avanzó hasta tercera y un palo rodado de Elmer Reyes, al jardín derecho, le abrió el túnel para llegar al plato”, ante la desesperación de la barra dominicana, una de las que mas ruge en el estadio nacional Rod Carew.
Eso no le gustó al lanzador dominicano Radhames Liz, quien resistió hasta el cuarto episodio con un concierto de picheo, pero vendría Elmer Reyes con un misil que se salió del parque por el jardín izquierdo, para el primer cuadrangular de la tarde y el segundo para los panameño en la serie, colocando el 2-0.
El técnico Fernando Tatís mandó a bajar del montículo a Liz y en su lugar llegó Marlon Arias.
En la parte baja de la cuarta entrada, los dominicanos reaccionaron gracias a un sencillo de Emilio Gustave, quien entró por Aneury Tavarez, lesionado en el tobillo izquierdo al correr a primera, e impulsado por el doble que conectó Wilkin Castillo.
El grandes ligas panameño, Paolo Espino, entró a lanzar por Arias y se encargó de silenciar a la artillería de los panameños desde la quinta entrada, y al final se llevó el triunfo con labor de 3.1 episodios, permitió dos imparables, una carrera y un error.
En la parte baja de ese episodio, Carlos Teller enfrentó a tres dominicanos, permitiendo que Diego Goris y Moisés Sierra recibieran base por bola, por lo que fue relevado por Severino González, que con uno fuera, dio otra base por bolas a Gustave.
Con las bases llenas Wilkin Castillo las limpió con un doble al jardín derecho, que sonó a tragedia griega, porque tres quisqueyanos pisaron el plato, Goris, Sierra y Gustave.
Ernesto Glasgow ingresó por González, en labor de rescate, y para bien de los panameños detuvo a dos dominicanos más, poniendo en pausa la pesadilla.
Espino siguió con su paso devastador en el campo, en la séptima parte alta despachó a cuatro panameños más.
José Escalona asumió la responsabilidad en el montículo en la parte baja del séptimo tramo, para tratar de contener la ofensiva dominicana, un tercio, pero fue reemplazado por Ernesto Silva y luego por José Ortega, quien encajó una carrera más y le salió barato, porque tenía bases llenas también.
Junior Lake anotó de caballito.
La octava entrada inició Con Espino atendiendo dos citas, luego lo reemplazó Fernando Abad, que permitió a Chin conectar un sencillo y empujar a Vigil en tercera base, cuando fue sustituido por Román Méndez para enfrentar a otros tres panameños y que Rodrigo Vigil marcara la tercera carrera para los anfitriones gracias a un sencillo de Allen Córdoba.
José Ortega maniató la parte baja del octavo y los dominicanos se mantuvieron en cinco carreras. En la novena entrada, parte alta, el quisqueyano José Rafael Díaz y su defensa no permitieron anotaciones y lograron un justo triunfo.
Tras encajar una sola derrota, ante Panamá, los dominicanos devolvieron el favor venciendo contundentemente a sus dos rivales en el grupo A y esperarán al partido de mañana entre los anfitriones y los puertorriqueños, para conocer su suerte.
De ganar los panameños, quedarían con 3-1, mismo récord que los dominicanos, y todo se definirá entre las carreras totales, carreras limpias en duelos directos, y de persistir el empate, en última instancia se tomará el bateo colectivo entre ambas novenas.
En los primeros criterios, ambas selecciones están igualadas a siete y seis carreras (limpias). En el bateo, los panameños tienen ventaja, al ligar para .270 sobre el .215 de los dominicanos.
El Carabobeño